MUNICIPIOS
Por: Hernando Villa – Veedor ciudadano.
Recién posesionado el alcalde Fabio Ramírez (periodo 2020-2023) comenzó a rodar el rumor que se repetía en público: el maestro Fernando Botero donó al municipio su casa de habitación. Y lo primero que se oyó entre los habitantes fue ¿Fernando Botero tenía casa en Cajicá? ¿dónde? ¿en qué época? ¿cuánto costará? ¿la alcaldía quá va hacer con esa casa? ¿otro elefante blanco?, entre muchas preguntas que surgieron ante el anuncio del museo.
En la medida que fuimos averiguando sobre la propuesta, encontramos que no había tal donación. La realidad, el gran maestro evidentemente tenía no una casa si no una hacienda llamada Tucurinca, en la que acondicionó un estudio-taller donde pasaba algunas temporadas, no muy larga, desarrollando su trabajo artístico.
En 2021 nace la Coordinación de Patrimonio, adscrita al Instituto Municipal de Cultura y Turismo, cuyas tareas principales son la consolidación del Inventario de Patrimonio, la creación de procesos de salvaguarda del patrimonio material e inmaterial y la formulación del Plan Museológico para poner en funcionamiento el ‘Museo Casa Botero Hacienda Tucurinca’.
El primer encargado de la coordinación de patrimonio renunció a los dos meses de posesionarse debido a problemas de salud, en julio del 2021. De su carta de renuncia extracto el siguiente aparte: “Han transcurrido 18 meses de la actual Administración, y aún el museo no existe ni se vislumbra un sólido comienzo; ...”
La Veeduría Ciudadana Patrimonio Cultural Natural de Cajicá en cumplimiento de su labor investiga para ponerse al tanto del tema y encuentra que la Hacienda Tucurinca dejó de pertenecer al maestro Botero hace muchos años.
Quienes la adquirieron resolvieron adelantar un megasproyecto urbanístico, que fue aprobado por la Secretaría de Planeación en abril 2018. Allí quedó establecida una Zona de Cesión Tipo A, de aproximadamente 9.000 m2.
Dentro de ese terreno de 9.000 m2 de cesión se encuentra la casa principal de la Hacienda Tucurinca, la misma a la que el maestro Botero adicionó un estudio-taller, lugar en el que reposan seis obras producto de su inmensa creación artística.
Con el correr de los días la comunidad, pero en especial las personas más cercanas a la cultura comenzaron a preguntar sobre esta maravilla: ¿en qué años vivió el maestro en Cajicá? ¿Dónde está ubicada la Casa Museo? ¿es verdad tanta belleza? ¿en que condiciones está la casa? ¿hay que movernos antes que los paisas se aviven y se lleven el muro? Ya pasó con otra obra se decía en la calle con todo tipo de comentarios y conjeturas.
En el primer trimestre de 2022 a la Veeduría de Patrimonio le surge la preocupación por la demora en la entrega de la zona de cesión por lo que se dirige a la Secretaría de Planeación Municipal con el fin de tener claridad sobre el tema. La respuesta de marzo 22 de 2022 es acompañada de un oficio dirigido al apoderado de Constructora Mojica, firma que desarrolla el proyecto de vivienda. En resumen indica que el constructor protocolizó la constitución de la parcelación, es decir, la resolución que da vida a la urbanización, mediante escritura 1589 del 2021, Notaría Segunda de Chía. Pero al revisarla en detalle se concluye que “no se realizó por parte de los titulares de la licencia la incorporación jurídica sugerida en la revisión de la minuta del proyecto Tucurinca referenciado”.
La respuesta termina con el siguiente el párrafo: “por lo anterior se recomienda iniciar el trámite de cesión de las áreas públicas allegando la minuta a la Secretaría de Planeación de Cajicá, en la que conste la correspondiente cesión del área de terreno junto con la Casa Botero a favor del municipio de Cajicá conforme a las resoluciones referenciadas”.
No se entiende entonces como la Secretaría de Planeación habla de “incorporación jurídica sugerida” cuando es obligación del constructor incluir la zona de cesión dentro de la escritura de protocolización de la resolución, pero más grave, solicitar minuta en la que conste la cesión.
A la luz de la normatividad debió solicitar la fecha en la que el representante del municipio de Cajicá tenía que acercarse a firmar la escritura de cesión, pero, lo increíble y si se quiere sospechoso, es haber firmado la escritura 1589 sin contener la cesión Tipo A. La ciudadanía reclama que quienes realizaron estos trámites asuman su responsabilidad y digan qué pasó.