Una petición que incluye el apoyo de ciudadanos, ambientalistas y artistas.
Entre las frías montañas de la reserva alta de la Cuenca del río Bogotá, un proyecto para instalar torres de alta tensión amenaza con exterminar el equilibrio natural de un territorio que cuenta con innumerables nacimientos de agua, corredores biológicos y que es el hogar de especies como el tigrillo lanudo. Esta es su historia.
“Llaman los españoles onza a cierto animal que nace en estas indias... Es del tamaño y hechura del galgo, muy ligero, ... las uñas agudas, la cabeza no tan ahusada y las orejas caídas. Pelea con los tigres y leones, y los suele vencer más por su ligereza y constancia que con fuerza”. B. Cobo (IX, 66)**. Así describían los exploradores de la península al imponente Leopardus tigrinus o tigrillo habitante orgulloso de tierras americanas y que también llama a la Sabana, su hogar. Ágiles y briosos no suelen ser presas fáciles, pero en Tabio, tengo y Subachoque han encontrado a un poderoso enemigo.
Un proyecto de torres de alta tensión, ejecutado por el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), ha ignorado el impacto que la puesta en marcha de su plan puede traer a la reserva, sus corredores biológicos, innumerables nacimientos de agua y fauna protegida; entre ellos, el tigrillo lanudo de las zonas altas de la región en mención. De aspecto dulce, pero imponente, hace parte del grupo de seis felinos silvestres que existen en el país. Actualmente en vías de extinción, enfrenta un nuevo obstáculo: la destrucción acelerada de su hábitat, el que comparte armónicamente con el zorro gris, la comadreja, la rata chusque, los cusumbos, el oso andino, los murciélagos, monos aulladores, curíes, las ardillas e innumerables aves: desde el colibrí hasta las llamadas aves rapaces y las migratorias.
Esta indignante situación puso a prueba la paciencia de una buena parte de la comunidad de Tabio. Una voz potente, sabia, pero serena, como la de la documentalista, Birna Ávila, exclama: “Salvemos al tigrillo de Tabio” y junto con biólogos y jurídicos, han trabajado en una campaña que visibiliza la importancia de la reserva y la potencial extinción del leopardus tigrinus. A través de afiches informativos, charlas de educación bioética y vídeos cuya temática versa en el manejo de la fauna pretenden llegar a la conciencia misma de la ciudadanía y sus autoridades.
“Yo empecé esta campaña cuando la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) entregó la licencia (...) nosotros nos preguntamos ¿Por qué en una reserva? ¿Por qué sobre una zona AICA*? ¿Cómo van a arrancar un proyecto si la ruta no está aprobada?”, comenta Ávila, gestora de la campaña.
Birna junto a grupos de investigadores, abogados, artistas y hasta influenciadores han juntado esfuerzos para que esta misión que han emprendido se vuelva trascendental y hasta viral. A pesar de los obstáculos, no pierden la esperanza de poder proteger el hábitat de estas especies en vías de extinción.
El megaproyecto, desarrollado por el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), contempla la instalación de 289 torres de alta tensión a lo largo de 162 kilómetros irrumpiendo en 56 km de reserva forestal, atravesando 13 municipios de Cundinamarca y siete de Boyacá.
El esfuerzo conjunto por la defensa de la vida no ha sido en vano. Su campaña visibilizada en la plataforma change.org ha obtenido hasta la fecha, más de 65.410 firmas de ciudadanos; su meta es llegar a los 75.000 para que las autoridades como el Ministerio del Medio Ambiente e incluso la ANLA, reevalúen la licencia ambiental otorgada y la GEB modifique el trazado de la ruta de torres de energía.
¡Salvemos al tigrillo de Tabio! Una petición que incluye el apoyo de ciudadanos, ambientalistas y artistas como Víctor Mallarino, María Cecilia Sánchez, terciopelados (Andrea Echeverri y Héctor Buitrago) quienes aportan, narrando las pequeñas, pero significativas historias del tigrillo lanudo y reivindicándolo como un animal único y ancestral.
Este diverso grupo continuará trabajando por establecer un diálogo con la comunidad y las autoridades “El tigrillo es como nuestro pequeño jaguar”, puntualiza la documentalista. ¡No lo dejemos morir!
*AICA: ‘Área Importante para la Conservación de las Aves’. En Colombia
y el mundo las AICA se identifican atendiendo criterios técnicos que
consideran la presencia de especies de aves que son prioritarias para la
conservación.
** Hace parte de los escritos del “Nuevo Mundo” que realizó Bernabé
Cobo (1580-1657), cronista y jesuita español.