Por Hugo Sierra - Editor.
“La fe, todo está en el poder de Dios, hay que confiar en él”. Así fue que nació la Asociación de Recicladores de Tocancipá (Cundinamarca), según las palabras de la propia fundadora, Luz Adriana Martínez Valbuena, al contar la historia de la agrupación que creó hace apenas tres años. “Sin plata, sin bodega, solo pidiendo ayuda fue que logramos conformar este grupo de recuperadores ambientales”, relató emocionada.
Sus palabras, llenas de agradecimiento y valentía, se escucharon en la jornada de cierre del programa Escuela Social y Ambiental ‘ESA, es Prodensa’, que se realizó en el Domo de la reserva natural Ecoparque Sabana del Parque Jaime Duque, ubicado en Tocancipá, municipio que hace parte de la Región Sabana Centro.
En el evento, encabezado por el director Ejecutivo de Prodensa, Juan Carlos Vélez, y la Coordinadora de Responsabilidad Social de la corporación, Sandra Liliana Ramírez, también contaron su historia algunos de los recicladores que hacen parte de ECOTOCANCIPÁ, que hoy cuenta con 25 miembros. “Cuando iniciamos este duro trabajo éramos solo 10 personas”, recordó la fundadora y presidente.
Dentro del fortalecimiento de la Escuela Social y Ambiental de Prodensa, los recuperadores ambientales recibieron formación en relaciones interpersonales, trabajo en equipo, manejo de conflictos, fortalecimiento de competencias y habilidades para el desarrollo de su trabajo y alfabetización digital.
El objetivo es promover la adecuada gestión de residuos aprovechables a través de estrategias lúdicas e innovadoras para la comunidad educativa. Participaron estudiantes docentes y directivos de diferentes instituciones educativas de Sabana Centro, alcanzando más de 15.000 participantes que aprendieron cómo se clasifican los residuos, su adecuada gestión y los beneficios ambientales expresó Sandra Liliana Ramírez.
Triciclos que dignifican el trabajo
La entrega oficial de seis Eco-triciclos y una báscula a los recuperadores de ECOTOCANCIPÁ se convirtió en un acto de alegría y hermandad entre quienes no dudan en considerarse “profesores que enseñan a cuidar el planeta” aplicando el modelo de economía circular, que consiste en reutilizar, reparar, renovar, reciclar materiales y productos para crear un valor añadido.
Los ‘carritos’, como ellos mismos los llaman, fueron fabricados en acero por Hecap, una empresa de automatización industrial, con sede en Zipaquirá. Se hicieron a la medida de las necesidades de los recuperadores ambientales de Tocancipá, atendiendo las sugerencias de la asociación.
Están dotados de luz led, frenos y llantas antipinchazo.
Tienen capacidad para transportar 200 kilos de materiales. Cuatro son de tracción manual y dos de pedal, ya que algunas de las personas que los conducen tienen dificultades de movilidad y discapacidad física.
Es el caso de Eine Mamian Gentil Timaná, reciclador indígena, de 62 años, perteneciente a una tribu asentada en Sotará (Cauca), que hace ocho años sufrió un accidente en el que perdió su mano derecha. Cuenta que cuando se hallaba pescando en un río del municipio de Machetá (Cundinamarca), se cayó y unas piedras que se le vieron encima le destrozaron la mano.
Cuando era niño su mamá murió y decidió salir de su territorio, el macizo colombiano, para irse a pie, por entre las montañas, hasta llegar al Quindío. Allí vivió por muchos años desempeñando varias actividades. Hace cuatro años llegó a Tocancipá y comenzó a hacer su labor de recuperador ambiental. Hoy es uno de los asociados a ECOTOCANCIPÁ.
Otro ‘héroe ambiental en tránsito’, como están marcados los triciclos, es María Antonia Estupiñán, que llegó de Duitama (Boyacá) a Tocancipá hace casi 20 años. También hace parte de la asociación de recuperadores ambientales del municipio. Se dedica a recoger acero, cartón y plástico.
Doña Antonia, como le dicen sus compañeros de labores, va a llegar a los 71 años, y con mucho orgullo y risas dice que los cumple el 20 de julio próximo, el día de la Independencia de Colombia. “Me vine de Duitama porque estaba sola y nadie me daba trabajo”, cuenta al montarse en uno de los triciclos que le entregaron para mejorar sus condiciones de vida.
“Hoy la asociación es un hogar, una familia, nos vemos todos los días para compartir en este trabajo”, afirma la presidente Luz Adriana Martínez, al señalar que el compromiso de ECOTOCANCIPÁ es ayudar a salvar el planeta recuperando los residuos aprovechables antes de que lleguen a un botadero como basura.
Para Juan Carlos Vélez, director ejecutivo de Prodensa, la capacitación y entrega de triciclos a los recuperadores ambientales, tiene como propósito dignificar y facilitar el trabajo de estas personas, que son adultos mayores, y es el aporte de la corporación a la sostenibilidad de la región Sabana Centro.
Su mensaje está enfocado en la necesidad de reeducar en la gestión de los recursos naturales para buscar un desarrollo sostenible que garantice un mejor lugar para vivir. “Somos parte del problema, pero también de la solución, por lo que hay que hacer un esfuerzo mayor por parte de todos para crear un planeta mejor”.