Será el fin del centro histórico de Cajicá, bajo la mirada de la Administración Municipal y su Consejo.
La planeación urbana descontrolada en zonas de influencia patrimonial, continúa irrumpiendo el paisaje cajiqueño, amenazando la fragilidad de sus inmuebles históricos y sus tradiciones. Por otra parte, los jóvenes buscan ejercer su derecho a la participación y nuevas formas de movilización se imponen en el proscenio político. A cinco años del Acuerdo de Paz, ¿cómo ha cambiado la negociación la cotidianidad de sus actores? Continuemos visibilizando lo que sucede tras la escena nacional y regional.
ALERTA ROJA II - EL IMPERIO
El Diccionario de la lengua española 2020 define imperio así “…En el ámbito de las relaciones internacionales, potencia hegemónica en su zona de influencia”. La construcción del Edificio Imperio pretende erigirse como una poderosa torre que asciende cinco pisos en pleno centro del municipio de Cajicá. Sus cimientos se instalan en el predio de la calle 2 números 256/58; si bien es cierto que cuenta con Licencia de construcción, expedida por la Secretaría de Planeación, la altura permitida para este inmueble es objeto de debate entre conocedores del tema patrimonial.
Desafortunadamente el Acuerdo 16 de 2014 es difuso, vago y poco claro, en cuanto al tema de conservación urbanística o inmuebles de valor arquitectónico; el documento no es claro en identificar los inmuebles por su nomenclatura, cédula catastral o matrícula inmobiliaria; en cambio utiliza expresiones indefinidas como “viviendas localizadas en el costado occidental del Parque la Estación”.
En Cajicá, el único Bien de Interés Cultural del orden nacional es la Estación del Tren, para la conservación de estos bienes el Ministerio de Cultura estableció una zona de influencia a través de la Resolución 1359 de 2013. El texto destaca que la zona urbana en Cajicá “Esta comprendida por 100 metros lineales contados a partir del área afectada, por cada una de sus fachadas, hasta formar el polígono, y toma predios completos en los casos en que se vean afectados parcialmente…”.
La Resolución 1640 de 2019 del Ministerio de Cultura autorizó la intervención en el predio recalcando que “El curador urbano o la autoridad municipal o distrital encargada de estudiar, tramitar y expedir las Licencias deberá revisar el proyecto objeto de la solicitud desde el punto vista jurídico, urbanístico y arquitectónico…”. Más adelante sentencia “Que la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura evaluó el mencionado proyecto de intervención desde el punto de vista patrimonial, conforme a sus competencias, y encontró que cumple la norma vigente en cuanto a altura y ocupación”. Negrillas fuera de texto. ¿Cómo entender esto?
Primero, la autoridad competente en Cajicá para expedir la licencia es la Secretaría de Planeación, ceñidas sus decisiones al Plan Básico de Ordenamiento Territorial. Segundo, la autorización del Ministerio de Cultura se debe entender netamente desde el ámbito patrimonial, entre otras; dicho órgano no es autoridad competente para determinar alturas o uso del suelo. Dicho lo anterior, es menester preguntar ¿En qué documento encontramos definida con claridad la zona de influencia de 100 metros lineales? ¿En qué parte del (PBOT) se autoriza la construcción de cinco pisos en el predio donde se construye el Edificio Imperio? ¿Cuál es la altura permitida en la llamada zona del centro histórico? ¿La Secretaría de Planeación revisó el proyecto desde el punto de vista jurídico, urbanístico y arquitectónico como se lo advirtió el Ministerio de Cultura? De prosperar la construcción de este ‘monstruo de cemento’ será el fin del centro histórico de Cajicá, bajo la mirada de la Administración Municipal y su Concejo, encargados constitucionalmente de la defensa del patrimonio.
Si el Edificio Imperio se consolida como construcción en cinco pisos en pleno centro histórico, hará honor a su impetuoso nombre y se impondrá ante todo lo que le rodea. Arrasará con lo poco que nos recuerda a Cajicá como un pueblo apacible. Se dará inicio a la devastación de la zona, el parque y la iglesia terminarán asfixiados entre ladrillos, mortero y concreto. Sin duda, será mucho más catastrófico que lo que hasta ahora viene ocurriendo con las nuevas urbanizaciones que de alguna forma compensan al municipio con zonas verdes. Las construcciones predio a predio tugurizan y no contribuyen en nada con el amueblamiento urbano; por el contrario, lo saturan.
Como ciudadano solicito al señor Alcalde, al Concejo Municipal, a las autoridades competentes y a la Personería Municipal ‒como garante de derechos ciudadanos‒ a reunirse con el o los propietarios del Edificio Imperio y buscar el bienestar de la ciudadanía cajiqueña, por supuesto respetando los legítimos derechos del propietario o propietarios del bien, pero también los de sus habitantes. Si la licencia fue expedida quebrantando la norma, derogar el acto administrativo que le dio vida; y, si fue dada correctamente, buscar una salida conciliada, procurando la preeminencia (privilegio) común sobre la particular.
Veedor de patrimonio*