En este editorial subrayamos la importancia que se concede a la gravísima problemática del cambio climático en el Plan de Desarrollo de Cundinamarca 2024- 2028 ‘Gobernando: más que un Plan’, del gobernador Jorge Emilio Rey.
En la segunda y tercera parte del Plan se hace referencia al cambio climático, la biodiversidad, la calidad del aire y el cultivo del agua, y finalmente sobre la necesidad de revertir el cambio climático.
El departamento es rico en diversidad debido a la presencia de diferentes ecosistemas. Cuenta con más de 13.130 especies entre plantas, invertebrados, vertebrados, algas, líquenes y hongos. Las áreas protegidas del departamento se extienden por casi 2 millones 100 mil hectáreas en ecosistemas como páramos, bosques nublados, bosques alto andino y humedales, y cuenta con el 13% de los sistemas estratégicos del país.
En Cundinamarca durante el año 2022 el comportamiento del Índice de Calidad del Aire (ICA en la mayor parte de su territorio fue positivo; evidenciando en el informe anual, en donde en los 365 días del 2022 se registraron valores entre 30 % y 99 %, que demuestran una calidad del aire que oscila entre las categorías de buena y aceptable, en el 100 % de las estaciones de monitoreo.
En la parte que se refiere al Modelo de desarrollo del Plan se dice que “según la organización internacional Greenpeace, el consumismo ha puesto en jaque al planeta desde el punto de vista del equilibrio que existe entre producir, consumir y desechar; vale la pena aclarar que, si bien el consumo hace parte del desarrollo natural de la actividad humana, el consumismo por su parte se refiere a la ‘tendencia por acumular y remplazar vorazmente bienes y servicios’” (Greenpeace).
La convención Marco de la Naciones Unidas define el cambio climático como “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante los tiempos comparables”.
De acuerdo con los estudios más recientes, Cundinamarca cuenta con 15 municipios en alto riesgo climático. Así mismo, en un informe elaborado por la gobernación, se evidenció que el 62,6% del territorio departamental se encuentra en amenaza alta por movimientos en masa. Los municipios con aumento más significativos de temperatura son: Ricaurte, Girardot, Nariño, Agua de Dios, Tocaima, Guataquí, Nilo, Beltrán, Jerusalén, Chaguaní, Guaduas, Puerto salgar, Medina, Ubalá y Paratebueno.
“El factor biótico de mayor protección en este Gobierno será el agua – se lee en el Plan– pues es el que tiene mayor amenaza por los efectos del cambio climático. Cuidar el ciclo de agua se ha convertido en una actividad relevante para la seguridad alimentaria y la productividad del campo, el abastecimiento sostenible y potable del recurso hídrico en los municipios, y para cuidar de la salud de todos los ciudadanos” (…) El fundamento principal de esta apuesta es preservar el agua, como activo ambiental del departamento, con acciones que incentiven la protección de las fuentes hídricas”.
El Plan de Desarrollo Departamental señala que “se han de realizar acciones de mitigación que, de manera preventiva puedan revertir los efectos negativos (…) El principal indicador es el aumento de la temperatura en el territorio. En el caso de Cundinamarca durante 2011 hasta 2024 la temperatura aumentó 0,8 grados centígrados, cambiando las dinámicas del departamento.
Además, se tiene un incremento del 7,99% en las precipitaciones creando un ambiente más frágil en cuanto a desastres y riesgos. Por otro lado, desde el departamento se producen 15.614.300 toneladas de CO2, ocupando el quinto puesto a nivel nacional”.
Ante la grave situación que vive Colombia y el mundo en general, conviene aquí citar las tres conclusiones que plantea Bill Gates –estudioso del tema– en su libro ‘Cómo evitar un desastre climático’: para evitar un desastre climático, tenemos que alcanzar las cero emisiones; debemos aplicar las herramientas de las que ya disponemos, como las energías solar y eólica, de manera más rápida e inteligente, y debemos crear y comercializar tecnologías de vanguardia que nos ayuden a lograr nuestro objetivo (Penguin Random House. 1ª. Ed. Colombia, febrero 2021, p. 17).
No dudamos en aceptar la invitación de Bill Gates, y es por esa razón que desde este editorial la hacemos extensiva a todos los cundinamarqueses, y en particular, a los habitantes de la provincia de Sabana Centro: “Tanto si eres una autoridad gubernamental, un empresario o un votante muy ocupado y con muy poco tiempo libre (o las tres cosas a la vez), puedes hacer algo para contribuir a evitar un desastre climático. Esos es todo. Comencemos”. (p. 29).