Sin ninguna duda el Plan de Desarrollo del gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, es muy ambicioso. Su apuesta trasciende los próximos cuatro años. Los proyectos y metas están pensados en la Cundinamarca del año 2040. Es decir, proyecta el departamento en una perspectiva de 16 años, que equivalen a 4 administraciones futuras.
La hoja de ruta ‘Gobernando: más que un plan’ fue avalada con anticipación por la Asamblea Departamental, que la convirtió en Ordenanza el 22 de marzo pasado. En tiempo récord, 19 días, y por mayoría, Rey logró que el Plan de Desarrollo, que cuesta $ 21 billones en el cuatrienio 2024-2027, se aprobara para poner a la vanguardia al departamento en desarrollo integral. “Acá no termina la tarea, empieza. Seguiremos trabajando para hacer de Cundinamarca el mejor territorio del país”, dijo.
El objetivo principal de Plan de Desarrollo es reducir las brechas socioeconómicas, por lo que pone en el centro de todas las decisiones a la comunidad como protagonista, buscando resolver sus problemáticas y por ende, mejorar la calidad de vida de quienes habitan en Cundinamarca.
En un horizonte de tiempo de 16 años, el Plan establece las líneas estratégicas, metas y proyectos para contribuir desde su desarrollo a la visión Colombia 2050 y al mismo tiempo, hacer realidad la prospectiva departamental 2040: consolidar a Cundinamarca como territorio líder en competitividad y referente en desarrollo sostenible e integral.
Se trata de seguir una ruta con ecosostenibilidad y tecnología, impulsar las vocaciones productivas en el campo, aportar seguridad y movilidad, reducir la inequidad social, impulsar la integración regional y gobernar con cercanía a la gente.
En la apuesta por preservar el agua como activo ambiental del departamento, la meta de gestión es estructurar un acueducto regional bajo la implementación de un modelo sostenible con energías renovables, materiales y tecnologías innovadoras, que permitan su operación de manera eficiente. Además, en el Plan quedó como meta implementar la red de recolección departamental de residuos sólidos para mejorar cobertura, continuidad, calidad y eficiencia del servicio de aseo.
Teniendo en cuenta que Cundinamarca enfrenta un proceso continuo de envejecimiento de su población (hoy 14,2%) algunas metas son prestar servicios de protección a 650 personas adultas mayores cada año en los Centros de la Beneficencia de Cundinamarca y poner en marcha un programa orientado a prestar servicios de protección, bienestar y cuidado para el adulto mayor, personas con discapacidad mental y otras poblaciones con capacidad adquisitiva, según demanda de servicio.
La apuesta en integridad humana busca, entre otras metas, fortalecer en los 116 municipios la estrategia de Atención Primaria en Salud y su articulación con las Rutas de Atención Integral en Salud, implementar el Plan de Aceleración para la Reducción de la mortalidad materna (PARE), disminuir la tasa de deserción escolar al 2.5% en el departamento y beneficiar a 187.000 estudiantes de las Instituciones Educativas Departamentales con el Programa de Alimentación Escolar (PAE).
Fortalecer las Comisarias de Familia de los 116 municipios del departamento con el fin de mejorar los tiempos de respuesta, la protección de las víctimas, la justicia familiar, la garantía y protección integral de los miembros de la familia y el enfoque de género, es una de las metas en seguridad y convivencia.
También la apuesta es construir el C5 del departamento como centro para coordinar la vigilancia, detección y respuesta en auxilio de la seguridad de la ciudadanía, soportada en tecnología de punta; desarrollar un plan para mitigar, combatir y prevenir el microtráfico y la comercialización de sustancias psicoactivas en contextos rurales y urbanos; e implementar en los 116 municipios el programa ‘Policarpa’ para la atención y acceso a la justicia de los casos de violencia intrafamiliar.
Desde la apuesta de movilidad el gobernador Rey tiene como metas la formulación del Plan Maestro de Transporte Intermodal de Cundinamarca; apoyar financieramente la implementación del sistema ferroviario eléctrico Regiotram de Occidente; realizar la estructuración integral del proyecto Regiotram del Norte; y acompañar la consolidación de los estudios de factibilidad de la Línea 3 del Metro de Bogotá.
Las metas que se quieren alcanzar en integración regional son, entre otras, la implementación del Plan Integral de Seguridad y Convivencia Regional; iniciar el programa de fortalecimiento de los procesos de ordenamiento territorial y el fomento de la integración regional, e impulsar las propuestas concertadas para que hagan parte del trabajo de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca.
Una apuesta novedosa del Plan es hacer seguimiento a las licencias urbanísticas y localización de estas para garantizar la protección de suelos y elementos naturales de alto valor ecosistémico; y hacer la armonización de los POT según las necesidades reales de vivienda de cada municipio y la región en su conjunto en coordinación con las entidades.
En un primer estudio del contenido del Plan, hay que decir que están consignadas las promesas de campaña, las metas y las estrategias para ejecutarlo.
Ahora el reto es materializar ese paquete de ofertas que les hizo a los habitantes de los 116 municipios, que ahora nuevamente el gobernador está recorriendo con la gira 'Nos comprometemos A'.
Es tan ambiciosa la carta de navegación que se corre el riesgo de que se convierta en una catálogo de buenas intenciones, por lo que el gobernador Rey tiene la responsabilidad de mostrar que en su equipo de gobierno hay capacidad para dar resultados pronto y sobre todo, recursos para resolver las necesidades de las comunidades del departamento, que tiene hoy un índice de pobreza de 22,7%, una de las bajas del país.
Es claro que el Plan de Desarrollo de Rey está encaminado a cumplir los compromisos que asumió con los cundinamarqueses, a quienes gobierna por segunda vez. Si lo logra, el departamento, que crecer aceleradamente en población (3,55 millones de habitantes) dará un paso gigantesco en el propósito de cerrar brechas en lo económico, social y ambiental.
En los municipios, reducir esas brechas se materializa en la soberanía alimentaria para disminuir el hambre, garantizando los derechos básicos a los más vulnerables y bajando la pobreza multidimensional. Cundinamarca aporta el 6,3% del PIB del total de Colombia y es el cuarto departamento más poblado del país.