Jonny nació y creció en Chía: “Desde pequeño siempre me ha gustado comer bien (risa), vengo de una familia muy humilde y en esos tiempos a uno le tocaba trabajar desde muy niño.
A los 10 años de edad, Jonny se encontró entre manteles, utensilios y artefactos de cocina, ayudando en labores varias en el restaurante Los Helechos. Como ocurre tantas veces en la vida, los encuentros casuales sorprenden a su protagonista.
“ Conocí a los hermanos Rausch, a Harry Sasson y a Leo Katz a la edad de 17 años y comencé a trabajar con ellos”. Y es que los gestores de Criterión y el Grupo K, no solo estaban interesados en preparar comida exquisita sino en contribuir al despertar de la cocina de autor en Colombia. “Me impactó mucho ver que la gastronomía iba más allá de lo que uno conocía, tanto en casa como en los restaurantes de pueblo; estos señores son unos magos en cuestión hotelera y restaurantera, me tendieron la mano y empecé a trabajar con ellos”.
No superaba la primera década de su vida, cuando ya tenía grandes sueños. “Tenía esas ganas, esa sed; algún día tendré mi propio restaurante y ya me lo imaginaba cómo luciría, qué serviríamos”.
Después de su paso por afamados restaurantes y cadenas hoteleras, llegó un nuevo encuentro favorable que marcaría el rumbo de su vida. Al conocer al presidente de la compañía Naviera Royal Caribbean International, tomó la decisión de emprender una aventura y en altamar continuó cultivando su amor por la cocina.
“No todo era trabajo y, al parar en cada puerto, exploraba los ingredientes, las preparaciones y la cultura de cada país, desde Miconos a Estambul, de Miami a Noruega, Norteamérica, África, la Riviera Francesa y el Cabo de Hornos argentino”.
“Yo me bajaba a probar algo, el pan, el chorizo, la pizza, la paella”, con esta última su relación se tornó especial, casi mágica, un despertar al paladar.
“La mejor que he probado fue en un local diminuto en Palma de Mallorca: tres mesitas atendidas por un par de abuelitos; pedí media botella de vino y una paella. Esta receta en especial, se quedó arraigada en mi memoria y me prometí que un día cuando yo tuviese un restaurante la serviría con esos ingredientes, consistencia y jugosidad”. Y ese día llegó.
Abandonó su trabajo, atrás quedaron los días de tierras desconocidas y océanos infinitos. Echando mano de sus ahorros se dispuso a materializar el sueño que tenía desde niño. Tomó en arriendo un pequeño local en Chía y acomodó media docena de mesas. Comenzó con un menú reducido y se dispuso a servir una gran pizza como la que le había cautivado en sus viajes por el sur de la península itálica.
El éxito llegó y el sueño se fue desbordando, hoy en día la familia Jonny´s Sazón tiene más de 100 empleados, 180 platos y ocho sedes en Cajicá, Zipaquirá y Chía, anunciando con orgullo que la familia comenzará a expandirse a otros rincones de la Sabana.