Por: Hernando Villa A. – Veedor Municipal
El patrimonio es el legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitiremos a las generaciones futuras”: Unesco.
Hablar de patrimonio cultural NO es regresar al pasado para conservar en su estado más vetusto bienes inmuebles llenos de recuerdos, con santos, ángeles, diablos o brujas como protagonistas; palacios, monasterios, quintas, plazas, teatros, anfiteatros, circos romanos o los malditos campos de concentración. Además, evoca imperios que en algún momento dominaron la humanidad, otros (bienes) por ubicación, estilo o método de construcción u otro tipo de consideración se mantienen vivos en la memoria de la comunidad.
El patrimonio cultural tampoco es para coleccionar objetos, es mucho más, percibe expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados, como tradiciones orales, música, cantos, danzas y bailes tradicionales, gastronomía, rituales, artesanía tradicional, conocimientos y prácticas relativas a la naturaleza y el universo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indica que “El patrimonio cultural encierra el potencial de promover el acceso a la diversidad cultural y su disfrute. Puede también enriquecer el capital social y conformar un sentido de pertenencia, individual y colectivo que ayuda a mantener la cohesión social y territorial. Por otra parte, el patrimonio cultural ha adquirido una gran importancia económica para el sector turístico de muchos países. Esto también genera nuevos retos para su conservación”.
Con la llegada de Fabio Ramírez Rodríguez a la Alcaldía de Cajicá, se dieron cambios beneficiosos, partiendo de la renovación de la Junta de Patrimonio, pero, en especial, el nombramiento del licenciado Héctor Emilio Moncada Garzón como director del Instituto de Cultura y Turismo. ¿Porqué? Pues, sencillamente como coordinador de la Veeduría, me senté con el licenciado Moncada y lo primero que acordamos fue un diálogo directo buscando resultados, que se fueron dando paulatinamente y hoy tenemos voz en la Junta de Patrimonio. El Instituto dio cabida al patrimonio creando un área especializada y nombrando personal de alta calidad humana y profesional. Alejandra, Patricia y Juan Sebastián lo encabezan y es de esperar que esta política continúe.
Con esta nueva dinámica se creó un equipo de trabajo en torno al Museo ubicado en predios de la Hacienda Tucurinca. Siguiendo lineamientos establecidos por el Ministerio de Cultura impulsaron y lograron que un grupo de ciudadanos nos convirtiéramos en Vigías del Patrimonio bajo el modelo de voluntariado en busca de reconocer, valorar, proteger y divulgar el patrimonio cultural. El objetivo del programa es motivar la participación ciudadana en torno al desarrollo de actividades que fortalezcan la apropiación social del patrimonio y el respeto por la diversidad cultural
El grupo de Vigías del Patrimonio de Cundinamarca cumplió 20 años en febrero de este año; de Sabana Centro no tengo conocimiento, entiendo que Chía, Tocancipá, Tabio, Tenjo, Sopó, Cota y Cajicá cuentan con grupo de Vigías del Patrimonio. No encontré información de Cogua, Gachancipá, Nemocón y Zipaquirá, espero estén constituidos; de no estarlo, invito a conformarlos, solo es sentir amor por el territorio y tomar la determinación.
El voluntariado Vigías del Patrimonio de Cajicá ‒con la asesoría del grupo del Instituto de Cultura‒ terminó un trabajo investigativo sobre cuatro inmuebles de valor cultural, a saber: Hacienda Fagua, Casa Ospina, Palacio Municipal e Iglesia de la Inmaculada Concepción.
Durante meses, los grupos de trabajo buscaron antecedentes escritos, registros fotográficos y verbales con entrevistas a personas vinculadas o conocedoras de historias relacionadas con el bien investigado. Dentro del Mes del Patrimonio se divulgaron algunas cápsulas grabadas, las cuales están a disposición de la ciudadanía en el Instituto de Cultura.
Por supuesto, no todo es color de rosa, falta mucho por hacer. La Veeduría invita a las personas interesadas en nuestro territorio a colaborar, el único requisito es tener voluntad. Ningún integrante de la Veeduría tenía bases sólidas para emprender la tarea, pero a través del compromiso sustentado en unidad grupal y respeto por el quehacer, estamos en mejor lugar que al inicio en 2018. Tenemos que trabajar por rescatar fauna y flora, ríos y vallados, cerros y laderas, puentes y caminos, danza y baile, tejido y gastronomía, cariño y acercamiento con nuestros antepasados; por decir lo menos, anímese, búsquenos en veeduriadepatrimonio@gmail.com.