Por: Hugo Sierra - Editor.
Su sonrisa espontánea, la alegría contagiosa, su hermandad, la lealtad y su pasión por la música quedarán para siempre en el recuerdo de la familia, amigos y la comunidad de Cajicá como testimonio de vida de Juanita Cárdenas Gómez, quien partió inesperadamente al cielo para gozar de la eternidad.
Con apenas 22 años, vividos intensamente, Juanita mostró atributos que, al fallecer repentinamente, quedan como legado para inspirar a las actuales y futuras generaciones, que tendrán en ella un referente para vivir con esperanza y la convicción de que los sueños se hacen realidad.
Juanita con su liderazgo, heredado de sus padres, buscó oportunidades para alcanzar logros sobresalientes en plena juventud, cuando empezaba a construir su proyecto de vida de la mano de su familia y sus amigos más cercanos, que la impulsaron para que cumpliera sus sueños.
La causa social y los anhelos de los jóvenes guiaban a diario su incansable trabajo, contagiada por el coraje y esfuerzo que su madre María Angélica Gómez le inculcó desde pequeña, y quien siempre la animó a que soñara alto para alcanzar grandes logros, superando los infortunios de la vida.
Era la mano derecha de la hoy diputada de Cundinamarca por su afinidad con las causas sociales y por su inclinación hacia la política, actividad en la que estuvo siempre al lado de su madre apoyándola en las diferentes campañas como lideresa de Cajicá, municipio en el que nació y desplegó todo su talento humano.
Inspirada en el trabajo social de su mamá puso a consideración de los cajiqueños su nombre y fue elegida como Consejera Municipal de Juventudes para un período de cuatro años en representación del Partido Verde, del que Angélica Gómez, quien por primera vez tiene una curul en la Asamblea de Cundinamarca, es directiva nacional.
Desempeñando este rol con un grupo de amigos elegidos por otros partidos también tuvo activa participación en el Consejo Provincial de Sabana Centro y el Consejo Departamental de Juventudes. Como consejera su trabajo estuvo siempre enfocado en los anhelos de la población joven del municipio: oportunidades de estudio y trabajo, e igualdad de género.
Con un gusto innato por la música, Juanita de niña hizo parte de la Orquesta Sinfónica de Cajicá, ganadora de varios premios nacionales e internacionales. Pese a ser uno de los instrumentos más difíciles de maniobrar, Juanita tocó el oboe con mucho éxito. Participó con la reconocida orquesta en conciertos en varios países.
En el momento de su fallecimiento estaba vinculada con el Instituto de Cultura y Turismo de Cajicá desempeñándose ya como trabajadora social. Le faltaban tres semestres para terminar la carrera y hacer realidad el sueño de ser profesional en este campo, que era su pasión desde que recorría las veredas del municipio al lado de su mamá.
El amor infinito de Juanita por los animales la llevó a ofrendar su vida para salvar a la mascota de la familia. El sábado 14 de septiembre en uno de los paseos cotidianos con el perrito criollo, murió trágicamente al ser arrollada por el tren que pasa por Cajicá. El dolor que causó su inesperada partida no solo lo siente su familia, sino la comunidad cajiqueña.
El valor de la hermandad y la amistad queda como legado en los seres más queridos y cercanos de Juanita. Para sus hermanos Daniel Andrés y Sara, quienes recibían sus consejos y apoyo en momentos difíciles, será un ejemplo a seguir por su valentía, su trabajo social, su inteligencia, su talento e inmensa bondad.