Diálogos de Juan Pueblo, candidatos como arroz 20/10/2021
Elecciones
Por: Alfonso Morillo Ricaurte

Juan Pueblo, a su regreso diario del trabajo, tras guadañar, podar y demás arreglos que demanda la conservación de jardines, y luego de saludar a su familia, “los Jotas”, compuesta por su esposa Josefina y sus hijos José y Juanita, se dedica a reflexionar acerca de las conversaciones que escucha en casas de sus ‒no tan frecuentes, pero sí varios‒patronos. Son diversos los temas y el más común en estos tiempos, son los relacionados con los aspirantes a ocupar la Presidencia de la República. Vueltas y más vueltas en la cabeza hasta que decide que al día siguiente ‒cuando vaya a la mansión del señor Arturo Gómez‒, personalmente le hará preguntas, tantas, que con seguridad le demandarán un buen tiempo.

A las 7 de la mañana de ese martes, llega con sus herramientas de trabajo y pregunta por el doctor Retrepo; la empleada de la residencia le informa que está hablando desde tempranas horas, con varios de sus amigos, muchos de ellos empresarios y otros expolíticos. Juan empieza a podar algunos árboles frutales, mientras no aparta la mirada de la ventana principal de la residencia. Pasaban las horas y nada de lo que esperaba ocurría, solo que el señor se asomara Decidió entonces poner a funcionar la guadaña, para ver si con el ruido del aparato, el propietario miraba hacia el extenso jardín. En efecto, lo consiguió y con un saludo de manos le indicó que quería hablar con el señor Gómez era hombre de cordiales gestos, humanitario y buen conversador.

Ya en el jardín, propietario y trabajador, sin ruido de guadaña y con el cántico de uno que otro pájaro, vino la primera pregunta, que tal vez Juan Pueblo, si hubiera tenido oportunidad, habría sido un buen reportero.

Juan Pueblo. En estos días, mucho se escucha hablar de candidatos a la Presidencia. ¡Quién es el favorito?, ¿qué hará para mejorar el país?, ¿qué promete para nosotros los pobres?,¿usted por quién va a votar? y ¿cuándo son las elecciones?

Arturo Gómez. Me haces muchas preguntas al tiempo. Tú te acuerdas que en épocas de campeonatos mundiales de fútbol aparece un álbum que se llama Panini. Ahora, alguien con buen sentido del humor, dijo que hay tanto candidato que bien se puede elaborar un álbum, con la diferencia que ahora nadie lo compraría.

J.P. ¿Usted quiere decir que hay muchos candidatos?

A.G. Todavía son precandidatos y hasta ahora han mostrado sus intenciones como unos 30. Entre ellos, hay de todo. Desde bachilleres que por hacer jugaditas han fracasado, hasta expertos, no todos, ávidos de publicidad. En otros tiempos quienes aspiraban a esa dignidad, eran estadistas, con algunos años de experiencia en altos cargos o en la diplomacia.

J.P. De tantos precandidatos, que usted habla, sobresalen propuestas que nos interesen.

A.G. A lo que te refieres, se denomina plan de gobierno o plan programático. La verdad hasta ahora no hay algo especial que llame la atención. Además, todo lo que se habla en época electoral, no pasa de ser solo promesas. Cuando escuches una promesa, piensa de inmediato que ocurrirá todo lo contrario.

J.P. Dígame, qué candidato tiene posibilidades de llegar al poder.

A.G. Es muy temprano para predecir quien tenga posibilidades. Lo que sí te digo ahora, es que tú formas parte del 70 por ciento de la población colombiana, que aún no ha decidido por quién votar en las elecciones del año entrante.

J.P. Doctor, usted tampoco ha decidido por quién votar.

A.G. Tampoco por una sencilla razón. El país sigue polarizado y cada día aumenta esa intemperancia. Lo importante sería que algún candidato, no solo propusiera, sino desde ahora hiciera esfuerzos para lograr una reconciliación. Y ahí está lo grave. Lo extremos, al igual que todo exceso, son perjudiciales para la democracia, la que debe tener como base la moderación, según lo pregonaba George Washington, el primer presidente de Estados Unidos.

J.P. Y entonces, qué puede pasar.

A.G. Ahí está el asunto grave. La democracia de nuestro país tiene quebrantos y si nadie busca deponer los odios, que más que odios son intereses personales, entonces estaremos frente a un abismo. Como alguien dijo, la politiquería amenaza a la democracia.

J.P. No cree que de toda esa cantidad de candidatos que usted habla, quedarán varios para el archivo del álbum Panini.

A.G. Desde luego que sí, después de muchos acuerdos y consultas, que infortunadamente no decidirá el llamado voto de opinión. Y no propiamente el álbum se archiva, muchos de los sobrantes serán nombrados por el candidato ganador para altas posiciones, tanto en el país como en el exterior, como buenos componentes de la burocracia. Cuando sea tiempo piensa y como buen ciudadano, debes votar.

J.P. Así lo haré; sin embargo, tendré en cuenta la recomendación de mi vecino David, de no votar, bajo ningún riesgo, en las elecciones para congresistas.

J.P. Usted me deja más confundido, que antes de entrar a su mansión. Terminaré de podar su jardín y regresaré a casa para acomodar las ideas de todo cuanto me ha explicado, o a lo mejor, dejar así las cosas y pensar en mi futuro trabajo. La política no es cosa que me llame la atención.