Daniela y Angélica, las niñas de Sabana Centro que estuvieron en la NASA 17/01/2025
En la misión espacial No. 5, organizada por la Fundación She Is, participaron niñas entre 11 y 16 años en condición de vulnerabilidad de Putumayo, Bolívar, Vaupés, Sucre, Guaviare y Cundinamarca. Foto: Fundación She Is.
Hicieron parte, en representación de Cota y Cajicá, de la 5ª tripulación del programa ‘Ella es Astronauta’ integrada por 26 niñas de distintas regiones del país. Desde 2019 la Fundación She Is realiza estas visitas para conocer el Centro Espacial de Houston.

Por: Daniel Rodríguez – Colaborador EL OBSERVADOR.

Daniela Garzón Romero y Angélica Infante Gil son dos estudiantes jóvenes que brillan en la Sabana Centro de Cundinamarca. Con apenas 15 años, sus miradas están puestas en el espacio, impulsadas por una pasión que va más allá de las fronteras de sus pequeños pueblos: Cota y Cajicá.

Su motor de vida es la Fundación She Is, una organización que empodera a niñas colombianas para que rompan barreras y construyan un futuro lleno de oportunidades, inspirándolas a desafiar lo convencional. Daniela y Angélica hacen parte del programa ‘Ella es Astronauta’, que ilumina los sueños de muchas chicas de Colombia para caminar, paso a paso, hacia las estrellas: el Space Center Houston de la NASA.

Daniela: el arte y la ciencia como ruta hacia el cambio

Daniela Garzón, de Cota, se describe como una joven creativa, apasionada por el arte y la tecnología. Desde pequeña, encontró en el arte una forma de ver el mundo, de expresarse y de imaginar un futuro en el que pudiera contribuir a la sociedad. Creció en una casa humilde, rodeada de los sueños y el esfuerzo de sus padres. Su papá, un hombre trabajador que viajaba constantemente entre Chorrillos y Cota para mantener a su familia, le enseñó el valor del esfuerzo; mientras que su mamá –ama de casa–, quien sacrificó sus propios sueños para cuidarla, le inculcó el amor por aprender.

Desde niña, Daniela, estudiante de 10º grado del Colegio Diversificado de Chía, se sintió fascinada por la tecnología gracias a su hermano, un ingeniero eléctrico de la Universidad Nacional, que la introdujo al universo de la ciencia. Para ella, el arte es más que una expresión estética; es el medio a través del cual se puede construir el futuro. Su otro hermano estudia idiomas. Cuando se enteró de la oportunidad de ingresar a la Fundación She Is y hacer parte del proyecto ‘Ella es Astronauta', se convenció que debía intentarlo.

Aunque temió no ser elegida, encontró en la directora de proyectos, Lady Martínez, un apoyo incondicional. Lady vio en Daniela una cualidad que otros pasaban por alto: la capacidad de soñar y crear.

Gracias a esta oportunidad, Daniela comenzó un proceso formativo donde el arte se convierte en una herramienta clave en el modelo educativo STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas). Aprendió sobre el espacio, la NASA y la vida de un astronauta, y entendió que el arte es esencial en todos los aspectos de la ciencia.

Con el respaldo de la Fundación She Is, que lidera Nadia Sánchez, que la creó en 2016, Daniela sueña con hacer un museo que inspire a las personas a través de sus obras, y además tiene en mente desarrollar proyectos tecnológicos que ayuden a la sociedad.

Su proceso en She Is, cuya misión es empoderar a las niñas y mujeres en condiciones de vulnerabilidad, la motivó a proyectarse como líder, queriendo regresar a su comunidad para ayudar a transformar la realidad que la rodea. Su historia es un testimonio de cómo cualquier talento, sin importar cuán diferente o inusual parezca, tiene un lugar en el mundo y puede marcar la diferencia.

Angélica: la medicina y el deseo de sanar

Angélica Tatiana Infante Gil, de Cajicá, siempre tuvo claro su mayor sueño: estudiar medicina y ayudar a los demás. Desde pequeña, su curiosidad la llevó a interesarse en el cuerpo humano, la ciencia y la salud. Su amor por la medicina se reflejaba en cada juguete y cada libro que elegía. A los 7 años soñaba con tener una muñeca doctora, y ese amor infantil se convirtió en una meta de vida. Sus padres, Gustavo Infante y Martha Gil son un matrimonio dedicado a los trabajos de carpintería; es la menor de tres hermanos. Ella considera que cada esfuerzo que hace en el colegio es un paso en la búsqueda de una oportunidad para estudiar una carrera en la que pueda brindar salud y bienestar a los demás.

Un mensaje en WhatsApp del rector de su colegio, el Instituto Educativo Departamental Pompilio Martínez, fue el punto de partida para vincularse con la Fundación She Is. Al principio, la idea de una fundación que la llevaría a aprender sobre el espacio y la ciencia parecía un sueño lejano, pero rápidamente se enamoró de la propuesta.

En su proceso formativo, Angélica aprendió sobre Marte, la robótica y la construcción de hábitats espaciales. Cada proyecto y cada maqueta que construyó reforzó su convicción de que los sueños pueden hacerse realidad.

La fundación no solo le abrió las puertas al conocimiento, sino que le permitió descubrir su capacidad para innovar y cocrear. Para Angélica, representar a Cajicá en este proyecto es un honor y una responsabilidad.

Su motivación se basa en el recuerdo de su sobrina, cuya lucha por la vida dejó una huella profunda en su corazón. Con cada logro, Angélica siente que honra esa memoria, que cumple una misión que su sobrina le legó, y esto la impulsa a alcanzar sus metas y a inspirar a otras niñas de su comunidad.

Dos historias, un mismo sueño

Daniela y Angélica representan a las niñas de la Sabana Centro, y aunque sus intereses difieren —una inclinada hacia el arte y la tecnología, y la otra
hacia la medicina— ambas comparten
una pasión por aprender y un deseo
de transformar su entorno. Gracias a la Fundación She Is, han podido explorar nuevos conocimientos y descubrir talentos que las impulsan a soñar en grande. La fundación las ha fortalecido no solo académicamente, sino también en aspectos personales y de liderazgo, dándoles la confianza para regresar a sus comunidades como ejemplos a seguir.

A través de su formación han compartido experiencias que las han unido en una misión común: demostrar que las niñas pueden lograr lo que se propongan, que pueden ser líderes y que sus talentos y habilidades tienen el poder de cambiar la sociedad. Daniela y Angélica son testimonio vivo de cómo el empoderamiento femenino, impulsado desde la educación y el apoyo emocional, es capaz de romper paradigmas y transformar vidas.

She Is ha dejado una marca indeleble en estas jóvenes, quienes hoy alzan la voz para animar a otras niñas de Colombia a creer en sus sueños, a desafiar los obstáculos y a buscar un futuro más brillante. En sus propios términos, ellas están construyendo una nueva realidad, una en la que el arte y la ciencia, la medicina y la tecnología se entrelazan para construir una visión del mundo donde cada sueño cuenta y cada talento importa.

Ambas miran hacia el horizonte, hacia las estrellas, pero con los pies firmes en sus raíces. Daniela y Angélica son orgullo de Cota y Cajicá, y las futuras líderes que seguirán impulsando a otras a mirar más allá de las fronteras, hacia un universo de posibilidades.

Con sus talentos, estas niñas de la Fundación She Is demuestran que el cambio comienza con un sueño, y que cada paso cuenta en el camino de la vida para alcanzar las estrellas.