Editorial
Como ha sido tradición, las puertas del periódico han estado siempre abiertas a la opinión de nuestros colaboradores y lectores, y con mayor razón en la actual etapa preelectoral, con miras a la elección popular para elegir presidente de la República para el periodo 2022 2026. Son tiempos en los cuales se pronuncian todo tipo de expresiones, argumentos, acuerdos, desacuerdos, contradicciones y no faltan, inclusive, intentos de agresiones verbales. Ante esta situación, el periódico EL OBSERVADOR reitera su política bien definida para que sea tenida en cuenta para el pleno ejercicio de sus vocerías, dentro de la libertad de expresión, como base de toda democracia.
Recordamos la observancia que rige nuestra independencia frente a las posiciones políticas, partidistas y de grupos. Las páginas de nuestras ediciones no se inclinarán en favor de ninguno de cuantos candidatos tengan aspiraciones políticas y, desde luego, dentro de la independencia a la que hemos hecho referencia, mucho menos habrá espacio para las ofensas. Nuestra posición expresada en forma franca y cordial, también se extiende a que la mirada fija con horizonte único, será la defensa para el fortalecimiento y conservación de la democracia. No olvidemos que el debate, o la confrontación ideológica, es un mecanismo preponderante y con papel de importancia dentro de una campaña electoral, y como tal somos partidarios, ya sea, entre partidarios de un mismo sector o entre contendores, incluso, es necesario por cuanto el hecho de que un candidato se presente a debatir frente a sus opositores, demuestra el buen ejercicio de la transparencia política y la libertad de expresión. Todo, reiteramos, sobre la base de la altura y el buen lenguaje.
A EL OBSERVADOR, el único color político que lo identifica ha sido y seguirá siendo el de la neutralidad y como este adjetivo es incoloro, así también es nuestra firme posición.
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