Por: Redacción EL OBSERVADOR.
La Niña se retrasó y no llegaron las lluvias que estaba esperando el país para llenar los embalses en los que se deposita el agua que garantiza el normal abastecimiento del vital liquido para los colombianos y la producción de energía eléctrica. En mayo cuando terminó el fenómeno de El Niño se anunció que La Niña iba aparecer con fuertes precipitaciones.
Han pasado cuatro meses y el fenómeno climático, que se pronosticaba muy intenso en el segundo semestre del año, no se ha presentado en el territorio nacional por lo que las alarmas sobre el nivel de los embalses y la capacidad generadora de energía se prendieron para advertir sobre una posible sequía a comienzos del año entrante.
La variabilidad climática que se presenta en el país por el tránsito entre El Niño y La Niña, tiene en alerta a varias regiones, entre ellas la Sabana Centro, en donde varios municipios (Cajicá, Chía, Sopó y Tocancipá) compran el agua en bloque a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) desde hace varios años.
La falta de lluvias y el bajo nivel de los embalses que surten de agua a Bogotá y los municipios vecinos han llevado a que la CAR considere que hay una crisis hídrica en Cundinamarca: la demanda del agua ya supera la oferta. Las lluvias que han caído en los últimos cuatro meses no fueron suficientes para llenar los embalses.
En el escenario del cambio climático esta crisis significa desabastecimiento del recurso hídrico, racionamientos y sequía en los primeros meses del 2025 cuando llegue la temporada de verano, en la que hay escasez de lluvias.
La oferta hídrica, según los expertos, se va a disminuir en 13% en los años venideros por la variación de temperaturas.
Planes de contingencia
Ante la crisis por el bajo nivel de los embalses y la no aparición del fenómeno de La Niña, con el fin de prevenir una escasez de agua en el departamento, la CAR ha pedido activar los planes de contingencia en los municipios a través de las alcaldías y las empresas de servicios públicos.
Dichos planes, que son una exigencia a los municipios por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos (Superservicios), deben priorizar la disponibilidad de recurso hídrico para consumo humano en los meses que restan del año con medidas que permitan garantizar la eficiencia en el uso del agua, la reutilización y el ahorro del liquido.
Las ESP deben activar sus planes de contingencia de manera que se garantice el consumo humano por encima de cualquier otro uso, advirtió el director de la CAR, Alfred Ballesteros, al señalar que las altas temperaturas registradas en esta época han generado una tendencia a la baja en los embalses Sisga, Neusa y Tominé, del Agregado Norte.
La demanda actual del recurso hídrico no soporta la capacidad de almacenamiento de los embalses del Sistema Chingaza, del que se abaste Bogotá y municipios de la Sabana, por lo que se espera una temporada seca a comienzos del 2025. Los embalses de Chuza y San Rafael suministran el 70% del agua que se consume en la capital y los municipios aledaños.
Por el déficit de lluvias que se registró en junio, julio, agosto y septiembre no se llenaron estos embalses, que para octubre debían estar en un nivel del 70%, según los pronósticos del IDEAM. La escasez de aguaceros ha afectado de manera notoria a Bogotá y la Sabana, que se abastece del agua que le vende la EAAB.
Ahorro y consumo responsable
El agua se está agotando y hay que aprender a gestionar el recurso hídrico, es el mensaje que las autoridades ambientales del país han enviado a la ciudadanía ante la realidad del cambio climático, que amenaza con causar altas temperaturas y, por ende, sequía en los tres primeros meses del próximo año cuando se presenta la época de verano.
Ante esta alerta, las autoridades ambientales en coordinación con Bogotá y los municipios de la Sabana, han anunciado medidas para garantizar el abastecimiento de agua y cuidar el recurso hídrico en la Ciudad – Región, emplazando a la ciudadanía a asumir su responsabilidad en el uso eficiente.
Disminuir el consumo en 3 metros cúbicos por segundo, castigar el despilfarro y pérdidas de agua y aplicar racionamientos más severos son acciones que se han tomado para ahorrar el líquido vital ante la escasez de lluvias y el bajo nivel de los embalses del Sistema Chingaza, que no alcanzarán en octubre el 70% de su llenado como estaba pronosticado.
Para evitar presiones a este sistema, que atiende la demanda diaria de agua potable de la capital del país y municipios cercanos, la Alcaldía de Bogotá decidió abastecerse en 50% de la Planta de Tratamiento de Agua Potable Tibitoc en los próximos meses, lo que ayudará a que los niveles de los embalses no sigan bajando.
Tibitcoc, ubicada en Tocancipá, potabiliza el agua del río Bogotá y abastece el 30% de la capital del país y a los municipios de Chía, Cajicá, Sopó, Tocancipá y Gachancipá, región de Sabana Centro. Con una capacidad de tratamiento de 10.000 litros de agua por segundo, suministra el líquido a más de tres millones de personas.