Más recursos para ejecutar programas sociales que mejoren sus condiciones de vida e impulsen el desarrollo integral de la región fue el clamor de la ciudadanía en los espacios de participación para aportar a los Planes de Desarrollo Municipales que guiarán a los alcaldes de Sabana Centro en los próximos cuatro años.
La hoja de ruta de los 11 mandatarios recibió la aprobación de los respectivos concejos municipales, que les dieron un voto de confianza a los mandatarios para que hagan realidad las promesas y propuestas de campaña con las que llegaron al poder y están gobernando sus municipios desde enero pasado.
Aunque unos son más extensos que otros en las propuestas para responder a las necesidades de cada uno de los territorios en materia económica, social y ambiental, los Planes de Desarrollo del cuatrienio 2024-2027 en la Sabana Centro tienen un denominador común: destinar más plata para inversión social.
En ese propósito, los programas, planes e inversiones incluidos están encaminados a mejorar la seguridad; garantizar el acceso a la salud y la educación; prestar mejores servicios públicos, disponer de una adecuada infraestructura vial; fomentar el empleo; promover la cultura y el deporte, y empujar el desarrollo económico integral de la región.
En el listado también está la adopción de políticas públicas para atender la salud mental de los jóvenes; los programas con enfoque de género; la vivienda; la movilidad; el uso de herramientas tecnológicas para mejorar la conectividad y competitividad, y la gobernanza para avanzar hacia gobiernos con buenas prácticas.
Prioridades
En Cajicá, el Plan de Desarrollo ‘Cajicá Ideal’ de la alcaldesa Fabiola Jácome, estableció como prioridades la seguridad, la movilidad y el ambiente, desde la perspectiva de proteger los recursos hídricos. El presupuesto avalado por el Concejo para ejecutarlo en el periodo 2024-2027 es $ 430.000 millones.
En Chía, el alcalde Leonardo Donoso tiene en su Plan denominado ‘7 por 24 en acción’, que cuesta $ 1,7 billones, como prioridades la conservación del agua, una fuerte apuesta cultural y ambiental, fortalecimiento de las TIC’s, mejoramiento de los servicios públicos, movilidad y la cooperación regional.
El alcalde de Zipaquirá, Fabián Rojas, en el Plan de Desarrollo ‘Zipaquirá cree, proteje y avanza’, que tiene un presupuesto de $ 1,4 billones, le apuesta a la construcción de grandes proyectos de infraestructura, el crecimiento y desarrollo de las áreas rural y urbana, el refuerzo de las medidas de seguridad y la participación ciudadana.
En Tocancipá, el Plan de Desarrollo ‘Tocancipá Segura, Experiencia con Visión Social 2024-2027, Recuperemos el Progreso’, aprobado al alcalde Walfrando Forero Bejarano, tiene metas que buscan el bienestar de la población y el posicionamiento del municipio como modelo de desarrollo y crecimiento social. Tiene un presupuesto de $ 1,2 billones.
El Plan de Desarrollo ‘Nemocón Merece Más’, del alcalde Cristian Carrillo, contiene proyectos estratégicos para hacer del municipio un destino para vivir ofreciendo mejores condiciones a sus habitantes en educación, salud, vivienda, abastecimiento del recurso hídrico y el sector agropecuario.
El presupuesto para cuatro años es de $ 132.000 millones.
‘Ahora es el tiempo de Tenjo’, se titula el Plan de Desarrollo de este municipio de Sabana Centro, al frente del cual está el alcalde Iván David Nemocón, quien tiene como propósito al finalizar el 2027 que sea un territorio de progreso. Las prioridades son servicios públicos, adulto mayor y protección del recurso hídrico. El presupuesto es de $ 465.000 millones.
A ejecutar
El reto ahora de los alcaldes de la provincia de Sabana Centro, en la que habitan más de 620.000 personas y genera el 30% del PIB del departamento de Cundinamarca, es materializar las propuestas con acciones y presupuesto para cumplirle a la gente, que espera tener una mejor calidad de vida con una fuerte inversión social en los próximos cuatro años.
Los alcaldes de la región definieron en los Planes de Desarrollo para el período 2024-2027, la ejecución de programas sociales como el eje central de su gestión. Por lo tanto, las metas y recursos se deben traducir en bienestar y calidad de vida para las comunidades: seguridad humana, desarrollo económico, ciudades sostenibles e innovación institucional.
Dichos Planes coinciden en la necesidad de adelantar acciones e inversiones que puedan acabar con la pobreza y avanzar en la igualdad con el cierre de brechas sociales a fin de lograr desarrollo y equidad en los territorios. El compromiso de los mandatarios es contar con los recursos y la capacidad de gestión para responder al clamor de sus comunidades.