Las tiendas de barrio son uno de los eslabones económicos más importantes para los colombianos, hacen parte integral de la comunidad, generan empleo y son la despensa de un porcentaje muy alto de familias, como quiera que cerca de la mitad de las compras de bienes de la canasta básica son efectuadas en la tienda de la esquina.
Las tiendas ofrecen servicio personalizado, horarios convenientes, acceso de crédito a sus clientes y, en muchos casos, los tenderos se convierten en líderes comunitarios, que proponen soluciones para las problemáticas de sus barrios. Los tenderos cultivan no solo la relación económica, sino que construyen lazos de confianza. Ellos venden pequeñas cantidades, el valor de la compra promedio es de menos de $8.000, cuentan con un amplio portafolio y están en todo el país.
Fuimos testigos de que en la pandemia los tenderos fueron un soporte para las familias y en su mayoría aguantaron la difícil situación. Sin embargo, la baja en ventas y la inseguridad, entre otros factores, incidieron en su reactivación económica.
Aunque Colombia registra un mejor desempeño en los últimos meses, que impacta positivamente en las tiendas, no podemos descuidar este segmento que necesita decididamente el apoyo del sector público y privado. Son más de un millón de familias que dependen de estos negocios y en consecuencia deben ser objeto prioritario de atención y apoyo.
Desde Fenalco, a través de Fenaltiendas, hemos continuado con el apoyo y representación de los intereses del tendero, promoviendo su desarrollo integral, con capacitación, asesoría y actualización tecnológica. Sin embargo, es claro que el apoyo a nuestros tenderos debe ser un propósito nacional.