“La muerte no es un enemigo, señores. Si vamos a luchar contra alguna enfermedad, hagámoslo contra la peor de todas: La indiferencia” (película - Patch Adams) una enfermedad, que ha estado latente en nuestro país durante décadas.
Estos últimos dos años no han sido fáciles para nadie, pero han servido para que a muchos se les caiga la venda y dejen de ignorar aquella realidad en la que viven. La pandemia nos llevó a que en cuestión de días, cambiáramos por completo nuestra forma de vivir, pero gracias a la tecnología logramos seguir adelante; sin embargo, debemos ser conscientes que vivimos en un país donde gran parte de la población apenas sobrevive, debido a que el estado no cumple con su deber. En Colombia son millones de familias, que se encuentran en una situación socioeconómica vulnerable, sin servicios que son básicos y fundamentales, como la salud y educación pública y de calidad, alimentos a precios justos, una vivienda digna y por supuesto un servicio de internet con amplia cobertura; los habitantes de una vasta zona de la geografía nacional, sobrevive con diferentes problemáticas sociales, económicas, políticas y ambientales, que han sido ignoradas durante años. Desde mi pupitre como estudiante universitaria, propongo a los jóvenes que seamos nosotros quienes tomemos la iniciativa para transformar nuestra realidad y procurar para otras personas una mejor calidad de vida.
¿Cómo aportar al cambio?, nosotros que tenemos acceso a la información y los medios para transmitirla, vayamos a los lugares donde sus pobladores, no reciben la protección del estado, que deberían tener por derecho, y sembremos CONCIENCIA, seamos quienes amplifiquen la voz de tantas personas, que hoy necesitan nuestra ayuda, hagamos visibles los problemas que ha tratado de ocultar, un sistema político miope y busquemos la solución, seamos nosotros los que difundamos y socialicemos la información, con la ayuda de actividades dinámicas, didácticas, y prácticas, que faciliten el entendimiento y así cultivar el conocimiento; cumpliendo con el objetivo de construir una solución real y duradera; porque educarse es el mayor acto de rebeldía en un país donde pensar y tener conciencia es subversivo. Desde aquello que nos apasiona, la lectura, el arte, la música, la escritura, la historia, la medicina, las matemáticas, la tecnología, podemos llegar hasta donde nos propongamos, convirtiéndonos así, en herramientas que contribuyan a construir un mejor futuro.