Las mutaciones en los virus de ARN como es el SARS-COV-2 que causa la enfermedad de la COVID-19 mutan con relativa frecuencia, estas mutaciones suceden con rapidez y se pueden acumular y tener diferentes comportamientos, en este caso la mutación delta de la COVID19 es la causante de la tercera ola de contagios, esta variante tiene una mayor transmisibilidad (entre 30% a 60% superior) y mayor riesgo de reinfección y hospitalización, sobre todo en la población que aún no tiene la inmunidad frente al virus, ésta variante presenta los mismos síntomas característicos de la COVID19 como dolor de cabeza y tos, pero con mayor intensidad; pero, ¿Cómo ha logrado la variante DELTA tener mayor transmisibilidad?
La proteína S del virus, al unirse al receptor ACE2 en la membrana celular, logra ingresar a la célula humana y empezar su proceso de replicación; la mutación en la síntesis del material genético del virus es la que brinda una ventaja sustancialmente superior. Por otra parte los anticuerpos utilizan parte de los invasores para saber cómo identificarlos y combatirlos, entonces el virus modifica o muta para escapar del sistema inmunológico y de esa manera logra una mayor transmisión y escape a la vacunación, generando también el riesgo de reinfección.
Ahora bien, las consecuencias que deja la improvisación en la pandemia, son generalizadas en el mundo, sobre todo en países en desarrollo, donde la mala distribución de los recursos y la corrupción, son determinantes en la población; en este caso la priorización de los recursos y la atención sanitaria a la emergencia de la COVID-19 por el aumento constante de casos, el descuido de la población, y el colapso de los sistemas de salud, entre otros factores, se ha abandonado por mencionar solo un caso, la salud reproductiva. Según datos de la página oficial de la Organización de Naciones Unidas, más de 1,4 millones de embarazos no deseados en más de 115 países en desarrollo, están sin acceso a los programas anticonceptivos -https://news.un.org/ es/story/2021/03/1489372-, lo que indica que países de América Latina deben crear programas en salud reproductiva sólidos, que estén presentes desde la educación básica, que finalmente logren reducir los embarazos no deseados y sobre todo disfrutar de una vida sexual segura, placentera y responsable; es decir las acciones que tomemos hoy, serán determinantes para el futuro del planeta y el hombre, como parte fundamental del desarrollo.
El mensaje es claro, la única manera en la que podremos combatir esta pandemia, es que todos nos cuidemos y utilicemos de manera adecuada los elementos de protección personal, siguiendo los protocolos de bioseguridad, superar pronto esta etapa de la historia de la humanidad es responsabilidad de todos.