“Sin Seguridad, no hay presencia del Estado” 17/01/2025
EDITORIAL.
En todo país, la primera obligación de un jefe de Estado es liderar el ejercicio de los poderes públicos, se requiere que su población sea protegida frente a cualquier amenaza o actividad criminal, y este accionar, al mismo tiempo fortalece la legitimidad del Estado.

El punto de partida de todo presidente de la República, debe ser la seguridad de sus ciudadanos. Este es un derecho irrenunciable y es el bien público por excelencia. Esta obligación del gobernante no es delegable ni endosable.

Es bien interesante observar a Nayid Bukele y su forma de administrar El Salvador, recibe un estado completamente inseguro, sobornable, corrupto y sumido en una completa pobreza. Hoy en día, El Salvador es un país próspero, con una República y una democracia a toda prueba.

En Colombia, en los años 2002 y 2003, prácticamente nos estábamos olvidando de las tomas guerrilleras, los secuestros, los ataques contra la población, el desplazamiento forzado de millones ciudadanos tanto por la guerrilla como por los paramilitares y la perversa alianza y fusión de ambos con el narcotráfico. Pero hoy en día, con el actual gobierno de izquierda, ese capítulo olvidado vuelve a resucitar y con mayor fuerza.

Nuestro país requiere un Gobierno y un sector privado que asuman su compromiso histórico y den ejemplo de visión, cumplimiento de la ley y un elevado sentido ético que obtenga toda la cooperación internacional necesaria para que el ambiente de optimismo de hoy se consolide y perdure indefinidamente.

Los salvadoreños entendieron que, al crimen organizado, llámese guerrilla, narcotráfico, paramilitarismo, ‘maras’, pandillas o cualquiera que sea su denominación, no se le pueden dar segundas oportunidades porque a ellos no les preocupan el país ni la gente más pobre, sino tan solo su lucrativo negocio.

Es doloroso, incomodo, pero inevitable hacer paralelos entre estos dos países. Mientras el Salvador avanza a pasos agigantados, es preocupante el retroceso de Colombia en seguridad para toda su población civil (entiéndase rural y urbana).

Resulta envidiable que hoy El Salvador tenga una tasa de 7 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en el caso de Colombia el índice es cuatro veces superior y vivimos un preocupante crecimiento de la extorsión, que en lo que va corrido del año ha aumentado el 27.5 %.

La supuesta “Paz Total”, arroja un balance negativo como consecuencia de la falta de operaciones ofensivas, del debilitamiento y dotación insuficiente de la Fuerza Pública, la baja inversión en el mantenimiento del equipo aéreo y la certeza de tantos accidentes sin explicación convincente, han reducido la capacidad aérea y han segado la vida de tantos militares, a lo que se suma la pérdida de las filas de más de 18.000 miembros de la Fuerza Pública.

“Sin Seguridad, no hay presencia del Estado” en todo el territorio, no hay progreso, no hay crecimiento económico, ni reducción de la pobreza, no hay derechos, no hay confianza en la inversión ni inclusión social. Sin seguridad, no hay libertades, no hay democracia y no hay futuro.

También es bonito ser respetuosos con los demás, está bien querer compartir de lo bonito que te sucede, pero cuando una persona insiste mucho en qué todos deben ir a la misma iglesia, pensar igual y «sujetarse» siempre a lo que un humano diga, definitivamente puede que sea emocionante al principio pertenecer a un grupo, pero esto no se parece a una relación de amistad con Jesús.

En cuanto a las reglas, normas, mandamientos, leyes o como se le quiera llamar a lo que está escrito en La Biblia, es fácil de aceptar desde el respeto: ¿Qué persona, institución, organización, empresa u hogar no tiene reglas?

Es fácil respetar las normas y creencias de alguien, primero las leemos y vemos si queremos estar allí y si no es de nuestro agrado, podemos dejar de estar allí. La parábola del Joven Rico es un buen ejemplo de lo que digo.

Recuerda no criticar a nadie por su religión, reglas o creencias es lo que realmente te hace una buena persona, si no te identificas con Jesús, está bien, pero así como seguro pides que no se te critique, entonces haz lo mismo con los demás.

¿Qué tenemos con Jesús si creemos en Él? Pues una relación de amistad, y todos los amigos influyen en la vida. Así que es algo inevitable e innegable.

¿Jesús es una religión? No, porque él no es una cosa… No obstante, hay que pensar en la palabra religión, su etimología viene de re repetición y del vocablo ligare, que significa ‘ligar o amarrar’. La palabra Religión se usa para indicar que tenemos un hábito, es normal y aceptable que se emplee como sentido figurado: «todos los viernes religiosamente voy a clases de música» «De lunes a viernes religiosamente voy al gimnasio».

En Santiago 1:27 está un versículo muy bonito acerca de los hábitos que deberíamos tener: La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.