Superado el proceso electoral que dió como resultado la elección de Gustavo Petro como Presidente de la República, no queda más que acatar la voluntad mayoritaria de los colombianos y colombianas que en mayoría apoyaron su candidatura; no obstante, lo que no es posible cesar ante esa realidad, es el debate acerca de los temas de relevancia del país, máxime cuando el Presidente Electo en su discurso inicial, con claridad convocó al diálogo nacional y se comprometió con la que él llamó una Política del Amor, en la que el bien común debe primar ante las posiciones ideológicas que pudieran diferenciarnos.
En concordancia con lo expresado anteriormente, la política energética es uno de esos temas en los que debemos comprometernos en un diálogo nacional, para que con base en las razones y los argumentos fundamentados, podamos encontrar un camino que concilie el interés urgente de protección del medio ambiente para la mitigación del cambio climático, y la soberanía energética, clave para el desarrollo sostenible del país.
Y es que aunque para el Presidente Electo, durante su campaña, la industria petrolera haya sido objeto de continuos ataques y descalificaciones, no es posible ignorar que el sector de petróleo y gas en el país, está compuesto por más de 500 empresas operadoras y contratistas de bienes servicios, entre ellas, ECOPETROL, recientemente reconocida una vez más, como la empresa más grande del país.
Recordemos que esta industria hace presencia en al menos 97 municipios y 19 departamentos con actividades de exploración y producción (E&P), y que brinda empleo directo y de calidad para más de 95 mil colombianos y colombianas, que hace serios aportes a la economía nacional por concepto de divisas que equilibran nuestra balanza comercial, regalías e impuestos que financian funciones básicas del estado e inversión social que fortalece cadenas productivas locales y regionales.
Y es que las cifras no son despreciables, según estudios recientes se estima que la industria de los hidrocarburos aportará cerca de $84 billones en inversiones durante el próximo Gobierno nacional y $172 billones hasta 2032, lo que es sinónimo de generación de empleo, adquisición de bienes y servicios, pago de impuestos y en general un incentivo muy importante a la economía colombiana.
Hablando, de ingresos directos a la Nación el estimado asciende a unos $105 billones durante el próximo gobierno y una cifra cercana a los $227 billones hasta el 2032, lo que en términos prácticos significa financiamiento de programas de desarrollo social, reactivación económica, diversificación productiva y energética y al equilibrio fiscal del país.
En términos de regalías, se estima que el sector aportará $38 billones durante el cuatrienio 2022 - 2026, y que para la década serían aproximadamente $80 billones, lo cual en términos prácticos significa un inmenso aporte para el progreso y mejora de la calidad de vida de todas las regiones del país, especialmente aquellas con mayores necesidades básicas insatisfechas, como dispone el actual Sistema General de Regalías.
Al estimar el aporte de la Industria en términos de contratación de bienes y servicios serían $109 billones entre 2022 - 2026, que dinamizarán diferentes sectores de la economía local y regional con especial énfasis en los territorios en que tiene lugar el desarrollo de los proyectos propios del sector. A lo anterior debe adicionarse que se tiene previsto impulsar inversiones socioambientales en dichas regiones por al menos $1,7 billones en el mismo periodo.
Al final de cuentas, además de todos los aportes económicos que son evidentes para un país como Colombia, los hidrocarburos siguen y seguirán siendo fundamentales para la humanidad, no sólo en términos de movilidad, terrestre, aérea y marítima, con lo que la sociedad hace viable su economía global, que también son parte importante de la generación de energía eléctrica para la demanda industrial y de los hogares alrededor del mundo, y que desde la industria petroquímica aportan a prácticamente todoslos sectores económicos, materiales para la fabricación de diversos productos que garantizan la calidad de vida.
Cambiando de tercio, vale la pena resaltar, que los hidrocarburos sibien son responsables de la emisiónde CO2, gas de efecto invernadero, también es cierto, que dicho fenómeno puede ser compensado con la recuperación, protección y gestión de los bosques como sumideros que retienen este gas, y retornan al ambiente oxígeno, de conformidad con el diseño de El Creador permitiendo así autorregular la coexistencia de estos elementos en el planeta.
Pero por si fuera poca la evidente importancia del sector de hidrocarburos para lo sociedad colombiana, es cada vez más claro que ni nuestro país, tiene responsabilidad significativa por el aporte a los gases de efecto invernadero que son una de las causas del cambio climático, ni que el mundo esté considerando eliminar de su matriz a los hidrocarburos antes de las próximas cinco décadas; con lo que el grave sacrificio que haría nuestro país, no solo sería insignificante, sino innecesariamente doloroso pues la necesidad energética del mundo necesitará por muchos años más de nuestro aporte.
Por tanto, hoy más que nunca, todos los colombianos debemos sentir como nuestra la industria petrolera, reconocerla como un patrimonio que Dios nos concedió, que constituye una gran oportunidad en lugar de una amenaza como muchos han querido presentarla, y que apalancados en los recursos que ella genera, es que podemos hacer realidad la protección del medio ambiente, el fortalecimiento de otros sectores de la economía y en general financiar una transición energética sensata, en la que el incentivo a nuevas fuentes de energía, especialmente en las regiones no interconectadas, y con enfoque de atender el crecimiento de la demanda, le permita al país hacer la mejor mayordomía posible de sus recursos naturales.