La moneda venezolana está tan devaluada, que en más de 99% de los habitantes no anda con efectivo, todo se mueve por tarjeta de débito.
Antes de que el régimen de Nicolás Maduro decidiera cambiar la moneda, se convirtió en un panorama frecuente las fajas de billetes de bolívares fuertes con las que tenían que andar los venezolanos para adquirir productos básicos como alimentos o un simple rollo de papel higiénico. La situación, con el bolívar soberano, sigue sin ser diferente y por ello la población busca otras opciones monetarias, como dolarizar informalmente su economía.
Para hacerse una idea de la pérdida del valor de la moneda, basta con observar el ritmo que llevaba la devaluación del bolívar fuerte en el primer semestre. El 15 de diciembre de 2017, un dólar costaba 108.198 bolívares, mientras que, antes del cambio monetario, ascendía a 2,9 millones de bolívares, según dolartoday. Una devaluación de 2.627,7%. La caída de la moneda se suma al desmedido crecimiento de la inflación y el bajo aumento del PIB. En el caso de la variación de los precios, ya llega a 200.000%, mientras que, en el segundo, las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año arrojan una caída de -18%.
Esta realidad no es desconocida en las calles venezolanas, pues en medio del rebusque, los ciudadanos del país han llegado a recurrir al dólar para tener alguna posibilidad de conseguir medicinas, muebles e incluso comida, pese a que el único bien que se puede adquirir de manera legal con esta moneda hasta la fecha son los automóviles. Frente a este tema, el presidente de la Asociación Central de Venezolanos en Colombia, Daniel Pagés, señaló que el canje de algunos productos por la moneda estadounidense es una consecuencia directa de que “la economía ya no aguanta una moneda que no sirva”. “Si quieres averiguar cuánto cuesta algo, debes hacerlo en dólares, pues la realidad es que no hay cómo vivir con un sueldo mínimo”, aseguró. Electrodomésticos y hasta cirugías se transan en la divisa estadounidense.
Nuevas monedas
Las pocas opciones que deja el bolívar para que los venezolanos se mantengan a flote han provocado el surgimiento de nuevas monedas en localidades pequeñas del país. Una de ellas es el panal, que surgió en diciembre de 2017 en el barrio 23 de enero de Caracas. Esta opción, que equivalía a 5.000 bolívares fuertes, surgió con el propósito de dar acceso a los productos de la canasta básica familiar.
Otra moneda alternativa que surgió en abril de 2018 fue el caribe, que representaba 1.000 bolívares fuertes y fue promulgada por la Alcaldía de Caracas como un mecanismo de protección ante la escasez de efectivo que azota a Venezuela.
La presidenta de Consecomercio, María Carolina Uscátegui, destacó que la hiperinflación que aqueja a Venezuela, a diferencia de otros casos del continente, ha estado acompañada por una “impresionante contracción económica”, que tiene prácticamente paralizado el aparato productivo nacional. Sin embargo, aclaró que “las monedas alternativas son mecanismos no legales que se prestan para corrupción y estafa, pues no obedecen a ninguna ley de la Nación”. Asimismo, la ejecutiva resaltó que “todo esto pulverizó por completo el poder adquisitivo de nuestra moneda”, pues la hiperinflación se desarrolló plenamente en el segundo semestre de 2017 y alcanzó un estimado de 2.616% según cálculos de una comisión especial del Parlamento. Estos datos hacen que Venezuela esté cerca de ser “el peor caso de la historia de Latinoamérica”.
Alfredo Arévalo, administrador de empresas venezolano, señaló que los precios que se mueven con el dólar paralelo son los alimentos, los electrodomésticos, algunas medicinas y los servicios no básicos. Finalmente, Pagés aseguró que, en caso de darse una eventual dolarización en Venezuela, debe haber unos cambios económicos en pro de que los venezolanos puedan acceder a diferentes tipos de necesidades y productos básicos. “Una eventual dolarización tendría que venir amarrada a políticas económicas que ayuden a la subsistencia”, dijo.
La moneda venezolana cambió en agosto
El presidente Nicolás Maduro cambió la moneda nacional de Venezuela de bolívares fuertes a bolívares soberanos. La principal diferencia del nuevo dinero radica en que tendrá cinco ceros menos que el anterior, además de que el actual cono monetario saldrá de circulación. El mandatario aseguró que esta decisión tiene como propósito “garantizar al pueblo sus actividades comerciales”. Esta es la segunda reconversión del bolívar en los últimos 10 años.