En 1998, cuando Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales de Venezuela los productores nacionales de carne tenían la capacidad para abastecer 95% de la demanda total en el país, que llegaba a las 434.000 toneladas para ese entonces.
Según cifras de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela, los productores de carne lograban proveer 414.000 toneladas al pueblo venezolano cada año, convirtiendo la carne en el alimento más consumido del país vecino hace 20 años.
En la actualidad, las carnes dejaron de ser un alimento al que la población puede acceder fácilmente, pues en algunos casos sobrepasan el valor de los ingresos mínimos mensuales, como sucede con el pollo, cuyo valor ascendía a unos 3,9 millones de bolívares fuertes (3,9 bolívares soberanos).
Según la última Encuesta de Condiciones de Vida de Venezuela (Encovi), más de 70% de las familias venezolanas componen su alimentación a base de arroz, harina, pan y pastas.
Por su parte, alimentos como la carne y el pescado pasaron de componer la base de la canasta familiar a solo 40% del total de familias del país. Debido a su elevado precio, el pollo solo es costeable para poco más de 30% de la población. En cuanto a las frutas ocupan poco más de 10%.
Ante la poca presencia de proteínas en la dieta de los venezolanos, los datos de Encovi reflejan que 64,3% de la población total perdió peso, 61,2% se acuesta con hambre y 78,6% ha tenido que reducir sus porciones de comida por la escasez actual.