Los precios de las casas están bajos, pero no hay poder adquisitivo para comprar.
La inactividad de la economía venezolana ha llegado a todos los sectores, incluyendo al de vivienda. Para 2017, la construcción de casas en Venezuela se detuvo en 95%, tanto en el sector público como en el privado. La prueba más clara del parón que vive el sector inmobiliario es que el año pasado solo se construyeron 5.000 viviendas, según estimaciones de la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Hábitat (Civh).
El panorama adquiere dimensión cuando la institución revela que, entre 2008 y 2009, Venezuela registró la construcción de 85.000 viviendas nuevas. Además, las 5.000 casas que solo lograron construirse para 2017 eran proyectos que estaban en proceso de culminación, mas no planes que comenzaban desde cero, agregó la comisión.
Sin embargo, dichas cifras contrastan con las que entregó el régimen chavista para retratar el desempeño del plan “Gran Misión Vivienda”, que según el presidente Nicolás Maduro entregó 1,5 millones de casas entre 2011 y 2017. Dicha iniciativa, creada durante el gobierno de Hugo Chávez, tiene como propósito dotar de casas a personas de escasos recursos.
El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Carlos González, aclaró que “Gran Misión Vivienda otorga derechos de uso a las familias, mas no títulos de propiedad, entonces se dice que se han hecho millones de viviendas pero no es así”.
Uno de los principales problemas que tiene la construcción de viviendas en Venezuela tiene que ver con la falta de materiales disponibles para dicha tarea. Según estimaciones de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, industrias clave como la que produce láminas de hierro trabajan a 5% de su capacidad instalada, misma situación que atraviesa el cemento a raíz de las expropiaciones de las fábricas productoras por parte del gobierno.
El directivo también agregó que el mercado inmobiliario en Venezuela se sostiene actualmente con la vivienda usada a raíz de la elevada tasa de migración de venezolanos. Dicho factor también ha generado problemas en el mercado, pues la oferta se ha incrementado pero la demanda decrece, a causa de la pobreza generalizada en el país, pues ninguna familia tiene el dinero suficiente para comprar una casa.
Basta con mostrar un ejemplo para ilustrar la magnitud del problema. El crédito bancario más alto al que puede aspirar una familia que devengue 20 salarios mínimos es de 81,7 millones de bolívares fuertes (81,7 bolívares soberanos) y las viviendas más económicas de Venezuela en el mercado actual se ubican entre US$3.000 y US$5.000, según afirmó González. Sin embargo, una familia con ingresos similares aspira a una vivienda de “no menos de US$12.000”
Las viviendas más económicas a las que se puede acceder en Venezuela actualmente son aquellas conocidas como “viviendas populares”, casas a las que anteriormente podía acceder una familia que ganara alrededor de cinco salarios básicos, aunque eso desapareció con “Gran Misión Vivienda”.
“Este programa eliminó las políticas de subsidio vigentes hace seis o siete años que ayudaban a estos sectores para que estas familias pudieran acceder a créditos de vivienda”, aseguró González.
Las ahora conocidas “viviendas populares” manejan costos más exorbitantes según el balance realizado por la Cámara Inmobiliaria de Carabobo en el mes de marzo. En dicha evaluación, se reveló que una familia venezolana necesitaba 2.500 salarios mínimos para acceder a una de estas casas.
En aquel entonces, el salario mínimo en Venezuela rondaba los 392.646 bolívares, por lo que el monto necesario para acceder a estas viviendas llegaba a 981,6 millones de bolívares de ese entonces.
En su balance, la Cámara Inmobiliaria de Carabobo agregó que el costo de los inmuebles pasó de US$50.000 en 2015 a US$10.000 en 2018, llegando así a los precios más bajos de la historia del mercado inmobiliario en Venezuela. Sin embargo, la paradoja es que son inaccesibles por el bajo poder adquisitivo. La Cámara Venezolana de la Construcción estima que las ganancias del sector construcción en Venezuela cayeron 93% en los últimos 10 años, lo que llevó a que su aporte al PIB cayera a 7%. Entre las principales causas de ese descenso se cuentan derrumbe de la producción y el sector industrial.