El salario no alcanza para comprar alimentos según nueve de cada 10 venezolanos.
Es innegable que la crisis económica en Venezuela ha golpeado por igual a toda su población, pero la falta de acceso a bienes básicos para subsistir, como los alimentos, ha provocado que los niños sean los más abatidos por la desgracia que vive el país, pues los índices de desnutrición para 2018 pronostican que aproximadamente 280.000 niños morirán por causas ligadas a problemas derivados de una mala alimentación y condiciones precarias.
Si bien no se dispone de cifras concretas debido a que los datos oficiales de salud y nutrición son limitados, diversas organizaciones no gubernamentales han expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por el acceso limitado de los más pequeños a los servicios de salud, medicamentos y alimentos.
Según cifras de Cáritas Venezuela, se dio un incremento de 30% en la cantidad de niños fallecidos entre 2015 y 2016 por causas ligadas a la desnutrición al pasar de 8.812 a 11.466.
Edison Arciniega, director ejecutivo de Ciudadanías en Acción, calcula que en una escala de uno a cinco, la inseguridad alimentaria se encuentra en cuatro. Según los datos que maneja, el total de la población menor de cinco años afectada por alguna forma de desnutrición es cercana a 60%, de los cuales 24% tiene índices de desnutrición aguda moderada. “Hablamos de un país donde uno de cada cuatro niños está sufriendo un déficit de peso para su estatura superior a 35%”, agregó.
Arciniega dice que esta situación implica daños neuronales relevantes y una propensión superior de nueve veces a enfermarse en comparación a un niño sano. “El Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional está desarticulado lo cual impide un monitoreo de la desnutrición desde el punto de vista sanitario, a su vez tenemos un déficit de personal sanitario del orden de dos tercios”, dijo.
Para atacar el problema de raíz no ha bastado con acudir a las clínicas y consultar al pediatra de cabecera, pues la principal causa de la falta de alimento en los menores de edad se debe a la falta de ingresos que cada día se agudiza en sus familias. Con unos ingresos mínimos actuales de 4.500 bolívares soberanos no es posible cubrir más de 2,2% de la canasta básica familiar, mientras que en 1998 los ingresos de 156 bolívares permitían cubrir 40,55% de los alimentos básicos.
Ante este panorama, no resulta descabellado que la última Encuesta de Condiciones de Vida de Venezuela (Encovi) destacara que nueve de cada 10 venezolanos han manifestado que el salario mínimo no les alcanza para comprar alimentos y que 9,6 millones de personas ingieren dos o menos comidas al día.
No hay funcionarios de salud
La organización Ciudadanías en Acción calcula que Venezuela requiere de 98.000 funcionarios de salud para lograr el estándar de la Organización Panamericana de la Salud, sin embargo, hay 20.000 funcionarios, de los cuales 8.000 son médicos. A esta situación se le suma que de 21 hospitales pediátricos, hay 14 que están en cierre técnico.
La odisea de hacer mercado
El país se está quedando sin existencias de productos de primera necesidad: desde alimentos hasta medicinas. Este preocupante desabastecimiento de los bienes básicos, algunos regulados por el Estado, provoca cada vez más largas filas en los supermercados. Antes de cambiar la moneda, era normal encontrar un kilo de arroz por 1 millón de bolívares soberanos en los negocios.
Los venezolanos pierden kilos
Además de llenar las calles de gente buscando comida, según el Observatorio Venezolano de Salud (OVS), la crisis venezolana también llevó a los ciudadanos a perder una media de ocho kilos solo en 2016. Esta alarmante reducción de peso hizo que las tallas 40, 42 y 44 desaparecieran de la demanda de ropa en Venezuela.
La nueva moneda como salvación
Con el propósito de inyectar valor a la moneda venezolana, el gobierno removió cinco ceros del cono monetario, que cambió de bolívar fuerte a bolívar soberano. Además, el riesgo de alcanzar una hiperinflación de 1.370.000% para final de año, según pronósticos del FMI, fue otro de los detonantes para adoptar esta medida. Sin embargo, se ha llegado a pensar que adoptar al dólar como divisa oficial podría ser la salvación de Venezuela para acabar con la crisis.
Única opción para abastecerse
La ausencia de alimentos en los supermercados del país ha llevado a que la gente acuda a los ‘bachaqueros’, que son aquellas personas que trafican ilegalmente productos de primera necesidad. Estos vendedores ambulantes, que venden a precios menores, son la única opción que tienen muchas personas de acceder a algunos productos.
Los niños soportan lo peor
Entre los datos que más preocupan a las familias venezolanas con hijos en estado de desnutrición son las enfermedades que se derivan del poco acceso a una alimentación balanceada y de sus bajas defensas, entre las que se cuentan patologías infecciosas, neumonía, diarrea y meningitis, según el Ministerio de Salud de Venezuela.