Opinión
En un hecho sin precedentes en la historia del Congreso de la República, el pasado 20 de julio durante la elección de las dignidades de la mesa directiva, se registró una derrota para la oposición, pues la postulación de Gustavo Bolívar como cuota de la Colombia Humana para la Segunda Vicepresidencia del Senado fue bloqueada por el voto en blanco. Este precedente de 66 votos en blanco contra 33 a favor de Bolívar, nos lleva a recordar lo sucedido en la elección del gobernador de Cundinamarca en 2019, en la que el voto en blanco fue la segunda opción más votada después de la de Nicolás García, actual mandatario de los cundinamarqueses.
Estos dos antecedentes políticos, aunados a la indignación nacional encabezada por los jóvenes, que ha derivado en manifestaciones y movilizaciones sociales, así como la próxima elección de los consejos de la juventud el 28 de noviembre de 2021, podría de manera significativa cambiar el mapa político de Colombia. Así las cosas, teniendo en cuenta estos hechos políticos y sociales y la tendencia de muchos colombianos de castigar a los actuales congresistas votando por otros, o votando en blanco, se presenta como una gran alternativa para las elecciones de Cámara y Senado para el 2022. Si analizamos la situación política actual, la desmesurada corrupción, la crisis económica agravada por la pandemia y las pocas ayudas del gobierno, esta es una coyuntura que debe ser aprovechada por los jóvenes entre 14 y 28 años, los abstencionistas, los indignados y los que quieren darle un nuevo rumbo al país, inscribiéndose y participando en la elección de los consejos de la juventud, como un mecanismo de participación, concertación, vigilancia y control de la gestión pública e interlocución de los jóvenes en los temas que les atañen ante la institucionalidad, y lo más importante, ejercer veeduría y control sobre la gestión pública.
De acuerdo con la Resolución 4369 del 18 de mayo 2021, la Registraduría Nacional, los jóvenes tienen plazo para inscribirse hasta el 30 de agosto, y podrán postularse desde las Juntas de Acción Comunal, los independientes y quienes no estén avalados por un proceso y práctica organizativa o por un movimiento o partido político con personería jurídica. Ahora, si se aglutinan todos estos jóvenes y demás ciudadanos en una cruzada por el voto en blanco de cara a las elecciones del mes de marzo próximo, esta sería una opción muy significativa para hacer parte del cambio que los movimientos sociales están reclamando.
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