Los últimos convulsionados días fueron aprovechados por el gobierno para aprobar proyectos de ley polémicos con impactos para el sector empresarial, trabajadores y familias. Dicen que estos beneficiarán a estudiantes, madres cabezas de familia, cuidadores y trabajadores en general. Ante la desconfianza que existe hacia el Congreso, solo se sabrá la verdad una vez se haga el desarrollo de estas.
Entre las iniciativas aprobadas están la de comida chatarra, la licencia de paternidad, el trabajo remoto y la reducción de la jornada laboral, que sin lugar a duda es la que más genera preocupación. La ley de “comida chatarra”, generó expectativas negativas en la industria por el texto final que surja luego de la conciliación.
El reclamo es a que no se satanice la producción de alimentos y a que no se use el término de “comida chatarra” a una industria que equivale al 20% de toda la producción manufacturera del país. La ampliación de la licencia de paternidad, que pasaría de tener 8 días de permiso a dos semanas, que les permitiría a los padres tener más tiempo para estar con su bebé recién nacido, hasta el momento es una expectativa a la que le resta la conciliación.
La aprobación del trabajo remoto como ley que modifica de alguna manera los horarios y jornadas laborales apenas se encuentra para sanción presidencial. La reducción de la jornada laboral de 48 a 42 horas, que se hará de manera progresiva y se completará hasta 2026, provocó los reparos de los gremios de trabajadores pues cambiaría las reglas del juego para la contratación, las normas laborales y la posible afectación a las primas y a las semanas de pensión. La ley empieza a regir en dos años, cuando el tiempo de trabajo baje una hora. Al tercer año, bajará otra hora.
En los años cuatro y cinco la jornada bajará dos horas en cada uno para llegar al tiempo acordado. Fenalco, estimó el impacto manifestando que a partir de la hora 42 sería extra y para sectores como comercio, turismo, servicios y economía naranja, que también funcionan en horas nocturnas y fines de semana, implicaría un incremento aproximado del 20% en los costos laborales. Es lamentable que el Congreso de la República no haya comprendido que este es el momento de crear empleo, construir oportunidades para los jóvenes y disminuir los índices de desocupación. Esta ha debido ser una ley de creación de trabajo y de superación de la informalidad; pero la desconexión con la realidad del país hizo que se convirtiera en una ley que hace lo contrario. El otro proyecto que quedó pendiente y que se prevé que pase para sesiones extras es la que regula la sobretasa a la gasolina, norma que tiene que ser ajustada por mandato de la Corte Constitucional y qué coincidencialmente, no hubo tiempo para regularla. El pasado domingo terminaron las sesiones ordinarias del Congreso y se cerró una legislatura que dejó mucho descontento entre los colombianos porque primero salvaron al ministro Molano y ahora se negaron a aprobar la Matrícula Cero.