Luego de las audiencias públicas realizadas en el mes de abril en el Concejo de Bogotá, “se escuchó” a los ciudadanos frente a las autoridades distritales en el marco del proyecto de acuerdo que plantea el ingreso de Bogotá a la Región Metropolitana con Cundinamarca.
La alcaldesa Claudia López estuvo presente allí y aseguró que ese modelo de asociación garantizará la formulación y ejecución de políticas públicas, planes, programas y proyectos de desarrollo sostenible que beneficiarían a Bogotá y demás municipios, pero parece que en su intervención, López no solo defendió los aspectos positivos, que según ella, traería para Bogotá esta Región Metropolitana, sino que también aseguró que la región no creará nuevos impuestos para la ciudad, aseverando que es falso que la constitución de la Región cree automáticamente nuevos impuestos o nuevas fuentes de financiación automáticas, contribuciones, impuestos o tasas. Pero lo cierto es que al crearse la Región Metropolitana será indispensable contar con recursos para aprobar los proyectos que se quieran en el modelo de asociación y es lógico que esos recursos, en algunos casos, salgan de nuevas fuentes de financiación, esas mismas fuentes que la Ley de Región Metropolitana plantea en su articulado.
En ese orden de ideas, posterior a la creación de la Región Metropolitana sí sería indispensable crear nuevos impuestos o sobretasas para conseguir los recursos que se requieran. O sea, dicho de otra forma, la Región Metropolitana sí va a crear nuevos impuestos para los capitalinos y habitantes de los municipios involucrados. Por ejemplo, la contribución por valorización a las obras que ejecute la Región, también el derecho de la Región de cobrar su participación en plusvalía por estas obras y a través de los concejos municipales se podrá crear una sobretasa a la delineación urbana.
En el futuro podría haber sobretasa al impuesto predial. Todos sabemos que nada de esto sería negativo si la gobernanza de esta Región fuera para crear relaciones equitativas, pero casi nunca es así.
Por otro lado, todos los hechos metropolitanos deben involucrar obligatoriamente a Bogotá, y Bogotá tiene derecho a veto en la toma de decisiones. Las decisiones de la Región Metropolitana adoptarán decisiones que son de superior jerarquía y se sobreponen sobre los instrumentos de planeación municipales y Distrital, incluida la reglamentación de usos del suelo. Esto último debería dejar muchas preocupaciones a los habitantes de estos municipios.