Día de la Afrocolombianidad
En Santa Clara, Tuchín, en Córdoba, donde es la cuna del sombrero vueltiao, nació una líder ejemplo de superación y templanza, con admiración y respeto. El periódico La Tribuna, escuchó su importante relato, en la conferencia de motivación, en el marco de la celebración del Día de la Afrocolombianidad en Funza, el pasado 26 de mayo. Creció con mentalidad de estudiante, sin pensar en su discapacidad, hoy profesional en psicología, líder social, madre de dos hermosos hijos, una de 26 años y una nena de 14 años, "un esposo maravilloso que son mis manos. Le doy gracias a Dios que puso un hombre maravilloso a mi lado, no todos los hombres son malos. Gracias, gracias".
Víctima del conflicto armado por dos desplazamientos, uno donde despojaron a mi papá de todo lo que tenía, el segundo desplazamiento de Sucre a Córdoba y de Córdoba a Bogotá, todo por ser líder social por defender los derechos de las personas en condición de discapacidad. Mi discapacidad fue de nacimiento, nací sin brazos, aprendí a trenzar a los 8 años ya tenía uso de razón, mi mamá me veía lavando mi ropa interior y yo la veía ella trenzando y a mis hermanos también y yo decía que yo tenía que aprender, mi mama decía, voy a tener toda la paciencia para enseñarte a trenzar y esa paciencia, fueron de tres meses para yo aprender.
Estudió primaria y bachillerato en la Institución Técnica Agropecuaria Cerro Vidales, donde se siembra yuca donde se siembra maíz arroz y todo lo hacía, excepto un profesor que me excluyó de la institución porque tenía una discapacidad porque no tenía brazos me decía que no podía estudiar ahí. Le puse un reto, le dije, si usted me excluye, está haciendo algo que es injusto, póngame a prueba con mis compañeros, que siembre yuca que siembre todo lo quieran. Me hicieron la prueba con todos los caballeros, el reto funcionó, les gane a todos y me tuvieron que aceptar.
Cuando era niña no sufría de discriminación, ahora de grande es cuando la siento, cuando paso y la gente en baja voz comenta, una mujer sin brazos qué puede hacer, no sirve para nada, pero como tengo oído fino, me regreso y les digo: oye, tú crees que yo no tengo capacidad como las tuyas, el hecho que yo no tenga brazos, hay unos pies que pueden hacer lo que no hacen los brazos.
Ya son 20 años de lucha con la discapacidad que sea incluida que sea inclusiva lo mismo como nuestros amores hasta el momento se están viendo esos frutos realmente la discapacidad para uno y para otro es una burla.
Todo esto lo he aprendido en el rol de mi vida, estudié y los compañeros se peleaban para que yo les ayudara a hacer trabajos, para que les explicara, en la primaria, bachillerato y en la Universidad.
Mi papá me decía, mientras yo esté vivo no le va a faltar nada, porque yo tengo brazos y estoy joven todavía para sacarla adelante, pero mataron a mi papa y me tocó luchar porque quien veía por mi mamá, tiene actualmente 80 años.
Comencé a emprender, comencé a trenzar y a vender el metro por metro, a confeccionar sombreros y bolsos fue cuando llegué a ser representante de 125 mujeres en representación de mi departamento y me gané el premio por Córdoba como mujer Cafam 2007 2008.
Como llegué a robar cámara, para ese tiempo me hicieron un pedido en el canal 1, el director de 100 sombreros. Ahí dije voy a emprender, pero no cuento con los recursos, pero tenía una cabellera de dos metros de largo y cuando llegué aquí a Bogotá en el 2012, la vendí en el norte de Bogotá 700 mil, ese fue mi capital semilla.
Después de ser mujer Cafam, me llaman a conferencias de superación personal, que también veo que es un motivo de la vida, porque uno de los valores más importantes de nosotros como seres humanos en la vida, si usted no tiene vida virtud, no tiene nada, hoy de verdad, me siento orgullosa por compartir con ustedes por brindarme este espacio, por conocer esa historia de vida de Odalis.