La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, señaló que más de la mitad del territorio nacional está bajo alerta por las altas temperaturas. La dirección del IDEAM asegura que el Fenómeno del Niño no fue la única variable para haber tenido un marzo y abril muy secos, que repercutieron en mayores probabilidades de incendios y en bajos niveles de agua en los embalses que surten a Bogotá y pueblos aledaños.
Se esperaba que la temporada de lluvias en el país empezara en la segunda quincena de marzo, pero la zona de convergencia intertropical, en la que confluyen los vientos alisios del hemisferio norte con los del hemisferio del sur, ha estado bastante débil, lo que no permitió la llegada usual de las precipitaciones para esa época del año. Ese factor tomó por sorpresa al Ministerio de Ambiente y a la Alcaldía de Bogotá, que sólo tomaron la decisión de acudir a un racionamiento de agua hasta la segunda semana de abril.
Esta decisión ha sido calificada como tardía por los expertos. Ahora, se prevén más restricciones en el uso de este precioso recurso natural. Once municipios del departamento asumirán las nuevas medidas de racionamiento que adoptó Bogotá para enfrentar la escasez de agua potable causada por la crisis hídrica que golpea a la región, debido a que el suministro de agua para las poblaciones de Cajicá, Chía, Cota, Funza, Gachancipá, La Calera, Madrid, Mosquera, Soacha, Sopó y Tocancipá, depende del Distrito, pues el departamento compra en bloque el líquido a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, por lo que cerca de un millón y medio de personas resultarán afectadas por las medidas de racionamiento.
Desafortunadamente, existe un compromiso de adoptar prácticas de ahorro para garantizar el acceso de agua para todos. Se ha sabido que Empresas Públicas de Cundinamarca (EPC), y la Gobernación están implementando soluciones como carrotanques y pozos profundos para atender a otros 18 municipios del departamento que enfrentan desabastecimiento. Al día de hoy, el consumo de agua reportado por la Alcaldía de Bogotá es de 16,19 metros cúbicos por segundo, el equivalente a un millón de botellas de agua de un litro cada minuto. Las medidas de racionamiento buscan garantizar el acceso al agua y mitigar el impacto del cambio climático. Por fortuna, desde la semana pasada, empezó a llover en todo el territorio colombiano.