Su historia es un testimonio de la importancia del graffiti como medio de expresión y transformación social, especialmente desde la perspectiva de la mujer. Pintando por los Derechos de la Mujer: Haiku, cuyo nombre real es Gyna Soto, se embarcó en su viaje en el mundo del graffiti hace tres años. Fue un mural relacionado con los derechos de la mujer lo que la atrajo hacia esta forma de arte. Ese mural no solo impactó a quienes lo vemos a diario, sino que también cambió la vida de Haiku. "Saber que las paredes pueden ser una fuente de comunicación, inspiración y desahogo fue un punto de inflexión en mi vida", compartió Haiku.
Desde entonces, eligió este camino, consciente de que no sería fácil, pero también sabiendo que sería una especie de cura para su corazón. Rompiendo Esquemas y Marcando un Camino: Durante mucho tiempo, el mundo del arte urbano ha estado dominado por hombres. Haiku, se encuentra entre las valientes mujeres que han decidido romper estos esquemas. "El hecho de que las mujeres estemos llegando a las calles a plasmar lo que queremos, sentimos o vivimos es demostrar que para nosotras son importantes y necesarios nuestros ideales, pensares y sentires", señaló Haiku.
Para ella, cada mural es una declaración de que las mujeres también tienen la capacidad de llenar los muros de color, embellecer las calles y darles un sentido social con un enfoque de género y de mujer.
Si bien Usaquén es su hogar artístico, Haiku encuentra inspiración en toda Colombia. Las historias, los ancestros y las riquezas ambientales de nuestro país le han permitido reflejar en las paredes quiénes son, pero también la lucha que las mujeres tienen para defender sus derechos y eliminar la violencia de género. Cada mural es una manifestación de esa lucha, un recordatorio visual de que la equidad, la igualdad y la libertad son derechos inalienables. Haciendo que los Muros Hablen de la Lucha: En 2022, Haiku tuvo la oportunidad de colaborar con la comunidad en la creación de un mural relacionado con las violencias de género. Este mural no solo es una obra de arte, sino también un llamado a la sociedad para que se involucre y ayude a erradicar estas formas de maltrato hacia las mujeres.
Haiku, cree firmemente que los muros pueden hablar continuamente y visibilizar problemáticas que muchas veces se callan o se olvidan. Un Camino de Gratitud y Empoderamiento: Haiku agradece a su comunidad por su respaldo y compañía. Siente que esto le da la fuerza para seguir adelante y saber que su viaje no ha sido en vano. Su consejo para las mujeres que quieren seguir este camino es claro: "Adelante, tenemos todas las capacidades, inteligencia y fuerza para hacer lo que nos propongamos. Solo es enfocarnos en lo que queremos, ser disciplinadas, estar dispuestas a aprender y dar lo mejor de nosotras". En cada trazo de su aerosol, Haiku está escribiendo su historia y contribuyendo a una narrativa más amplia de empoderamiento y cambio. Su arte no solo decora las calles, sino que también las transforma, recordándonos que cada pared puede ser una obra de arte y una herramienta de cambio.
Por: María Fernanda Sarmiento Pineda