Gloria participó en el concurso de cuento y poesía en la Biblioteca Pública Jesús Antonio Méndez en Carmen de Apicalá, tenía la hoja en blanco y nunca se sabe en qué se puede transformar acompañada de un lápiz. Ella comenzó con la magia de recordar y de pronto sus ojos húmedos por la nostalgia y su mente inquieta, querían obtener una imagen imposible, la de su madre a la cual no tuvo el privilegio de conocer y de sentir; empero la vida le dio la oportunidad en años posteriores de ser amada, tener hijos y brindarles ese gran amor de madre.
Con una hermosa letra cursiva, de esas que enseñaban hace muchos años, con excelente ortografía, dando gusto leerla y verla, comenzó a imprimir su alma en aquella hoja acompañada por ese lápiz que le permitieron dejar la huella plasmada de sus sentimientos más hondos, pero sobre todas las cosas experimentar el proceso de catarsis, de transformación que vive el que le confía sus pensamientos a la pluma.
Así pues, creó una historia interesante, llena de matices que se convirtió en la ganadora de los premios de los adultos en aquel concurso literario, sus lágrimas ahora se fundían con sonrisas porque el dolor tiene eso se valora más la vendimia. Es algo así como de la nada, del vacío crear un universo nuevo. Néstor Albino tiene una particularidad en su sistema nervioso, que no le permite tener el pulso tranquilo a la hora de pintar, ¡vaya! lo que para alguien puede ser una desventaja él lo ha transformado en su principal fortaleza, porque justamente ese temblor le da un trazo original a sus dibujos que no existe en ninguna parte, lo hace con la perfección en los detalles, con el don de la memoria fotográfica, plasma la figura perfecta pero con su trazo particular le imprime un modo estético especial.
El poder de la literatura y del arte están hechos de la inexplicable fuerza interior que no se aprende, que no se compra, que en cada ser es un pequeño y gran mundo a la vez, inimitable, inextinguible, que puede transformar su centro, su entorno, la vida de otros o el mismo universo.
Por: Eugenia Castaño Bohórquez